Capítulo siete

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Capítulo siete: Cortés

En un rápido movimiento Tōru apagó la estufa y colocó sobre un plato lo cocinado. En su diestra tomó el plato con bocadillos y en su zurda una bandeja con bebidas volviendo a la sala de estar en dónde se encontraban sus dos invitados esperando por él.

— Huele delicioso. — Comentó Akaashi con una pequeña sonrisa.

— No habría sido mala idea que estudiaras para ser chef, Tōru. — Bokuto no disimuló en lo absoluto su encanto al ver los bocadillos dulces que Oikawa dejó frente a ellos.

— Exageras, tampoco soy tan bueno cocinando.

El castaño tomó asiento frente a la pareja. Oikawa conocía al bicolor desde hacía años atrás, por casualidad del destino habían llevado sus estudios en la misma universidad, aunque nunca llegaron a coincidir en más de una o dos clases generales que debía llevar. En un principio le pareció una persona muy excéntrica, pero después de un tiempo terminó por darse cuenta de que era solo cuestión de conocerse un poco más para tener la suficiente confianza y ambos actuar como un par de idiotas. Un par de años después Bokuto se acercó a él para presentarle al pelinegro, Tōru se encontraba ciertamente sorprendido, pues Akaashi era, en definitiva, lo contrario al bicolor.
Sin embargo, ambos hacían una hermosa y funcional pareja, a veces incluso parecía que entre ellos no terminaría nunca la etapa del enamoramiento.

Aun sabiendo lo amorosos que aquellos dos eran, Tōru no pudo evitar sorprenderse cuando vio el anillo en la mano de Akaashi, era una noticia maravillosa y no podía sentirse más feliz por sus amigos.

— Entonces, Tōru... — Akaashi acomodó los lentes que llevaba puestos observándole con una pequeña sonrisa. — ¿Qué hay de tu vida? ¿Has encontrado a alguien?

Oikawa hizo una mueca, Bokuto palmeó la pierna de Akaashi con suavidad.

— Yo... No, no hay nadie aún. Con respecto al resto de mi vida, está genial. — Tōru rio. — Realmente dudo mucho querer tener una pareja en estos momentos.

— ¿De veras? — Keiji negó. — Creí que alguien tan hermoso como tú ya tendría a alguien para amar.

— Akaashi~.

Ambos omegas rieron ante la queja de Bokuto. El pelinegro estiró su diestra para acariciar una de las mejillas del bicolor y tranquilizarle.
Tōru apartó la mirada.

No mentía cuando decía que no quería tener pareja en ese momento, en realidad, no quería tenerla nunca. Oikawa no se sentía capaz de someterse a un verdadero alfa que le hiciera recordar todos los días que era un simple omega y jamás podría ser lo que él deseaba. Por otro lado, la idea de estar con un beta no era tan mala; sin embargo, volvía a la misma situación de siempre. Estar con un beta masculino le llevaría a lo mismo que estar con un alfa y estar con una beta femenina era lo mismo que meterse con un omega. Probablemente la sociedad entera caería sobre él debido a lo poco normalizadas que aquellas relaciones estaban.

Al final la mejor decisión que podía tomar era mantenerse solo y no complicar su vida por culpa de un trauma generado por su familia.

"Tōru".

— ¡Tōru!

Oikawa parpadeó un par de veces volviendo a la realidad, Akaashi le miraba con preocupación, Bokuto al parecer había desaparecido en aquel lapso de tiempo en que se hundió en sus pensamientos.

— Perdón, ¿dijiste algo? — Keiji sonrió.

— Te decía que es hora de marcharnos, Bokuto y yo tenemos un par de planes. — El castaño asintió poniéndose en pie. Bokuto volvía de la cocina, al parecer había ido a dejar los platos y vasos utilizados mientras él se dedicaba a reflexionar sobre su vida amorosa.

𝑰'𝒎 𝑶𝑴𝑬𝑮𝑨 - 𝑰𝒘𝒂𝒐𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora