Diecinueve

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El silencio era incómodo y la situación también. Taehyung descansaba sobre el suave sillón gris de la sala de Yoongi y movía impaciente su pierna derecha a la espera del pelinegro que preparaba el té en la cocina.

Después de unos minutos de espera Yoongi llegó y depósito sobre la mesa de centro dos tazas transparentes con agua y una pequeña bolsa de té dentro. La solución era amarilla y por el olor que emanaba la mezcla Taehyung supuso que era limón.

En vez de sentarse, Yoongi giró y regresó a la cocina para volver con dos cucharas pequeñas y un tarro en el que se podía leer la palabra "azúcar". Así que, cuando aquel complemento llegó a la mesa, Taehyung tomó su cuchara y vertió un par de cucharadas en su mezcla de té.

El humeante líquido chocó contra sus papilas gustativas y soltó un suspiro de satisfacción al sentir la tibia mezcla pasar por su garganta. Volvió el rostro y se encontró con un pelinegro observándolo. El castaño se sintió cohibido por la mirada pero, sin embargo, preguntó.

—¿Qué me quieres preguntar? —dijo y dió otro trago de su té antes de continuar—. Tiene que ver con Jimin, ¿cierto?

Cuestionó el castaño y volvió a tomar el tarro de azúcar. Yoongi observaba como su acompañante vertía otro par de cucharadas a su té y pensó que aquella mezcla seguro era demasiado dulce para su gusto, pero Taehyung parecía disfrutar mucho de la infusión azucarada.

Yoongi soltó un suspiro cansado y se ánimo a hablar.

—Sí, una parte tiene que ver con Jimin —confirmó la teoría del castaño—, pero otra parte tiene que ver contigo.

Afirmó y Taehyung giró nuevamente su rostro para mirar a Yoongi con el ceño fruncido en confusión.

—¿Conmigo? —preguntó alzando una ceja, incrédulo—. ¿De qué se trata?

Yoongi no quería hacer preámbulos, debía ser directo si no nunca podría decirle a Taehyung lo que pensaba y mucho menos pedir disculpas.

—Escucha, Taehyung, y no me interrumpas —advirtió viendo con ojos severos al contrario—. Quiero decirte que lo siento.

Taehyung abrió sus labios ante la sorpresa e iba a hablar pero el pelinegro lo interrumpió con la mano, para seguido tomar aire y voltear sus ojos a la taza que descansaba sobre el regazo del castaño.

—Fui un idiota, lo sé. Fui impulsivo y te lastimé, también a Jungkook y a Jin —dijo y volteó su mirada a los ojos de Taehyung—. No sé qué haya pasado entre tú y ojos de bambi, pero si es algo serio aceptaré las consecuencias e intentaré solucionarlo.

Los ojos de Taehyung se aguaron ante lo mencionado y tuvo que pestañear varias veces para no dejar caer ninguna lágrima. Miró su propia taza, que descansaba sobre sus piernas, y tragó saliva para poder hablar.

—Acepto tus disculpas —respondió tímido y triste—. Pero lo que pasó entre Jungkook y yo no puedes solucionarlo.

Yoongi frunció el ceño y miró con duda a Taehyung que seguía con la cabeza gacha.

—¿Qué pasó entre ustedes? —cuestionó Yoongi interesado, pero la mirada triste que Taehyung le dió cuando levantó la cara se lo confirmó—. ¿Terminaron?

Taehyung asintió con una sonrisa irónica en el rostro y entonces las lágrimas no pidieron permanecer más tiempo en sus ojos.

—Sinceramente no voy a culparte —respondió el castaño sorbiendo su nariz y limpiando su rostro—. Pero tampoco voy a quitarte el crédito de mi ruptura.

Yoongi bajó la mirada y pasó saliva. Se sentía culpable, porque era claro que él tuvo que ver con aquella separación, y siendo realista quería solucionar quel problema, porque sentía que le correspondía hacerlo.

Ata(ra)xia | YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora