Uno

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Está bien, él estaba pasandola mal. No quería admitirlo, no quería decir en voz alta que aquel hombre rondaba su mente a cada segundo del día.

Comenzaba a distraerse con facilidad. Había despertado tarde un par de veces, todo a causa de esperar hasta altas horas de la noche una llamada.

Una llamada que seguro no llegaría. Y aquello destrozaba de a poco sus esperanzas.

Tenía una pequeña ilusión en el fondo de su corazón de que quizás él llamaría, siquiera solo para despedirse, con ello tendría por seguro que no podía, ni debía, volver a buscarlo.

Pero claro, Jimin no entendía qué significa que alguien desapareciera de tu vida sin explicaciones. «Seguro quiere tiempo a solas» seguía pensando el rubio los primeros días.

Ahora mismo se sentía como un no-novio-tóxico. Porque estaba claro que Jimin y él no tenían una relación. Al menos no una formal. Ni normal.

Y suponía que nunca tendrían una relación. Esperaba tan solo escuchar su voz y oír un frío "adiós", rompiendo las inseguridades del rubio.

—Jimin —le llamó su amigo desde el otro lado de la cama—... Podrías quitar esa cara y ayudarme con el trabajo.

Bueno, no estaba siendo la persona más coherente en esos días. Había faltado a clases, tuvo tres advertencias por llegar tarde, le habían llamado por no entregar trabajos y ahora no estaba comiendo como debía. Aunque para él todo aquello era muy irrelevante.

Ni siquiera sabía por qué le afectaba tanto todo eso... ¿Acaso se sentía preocupado?

Quizá. Pero aquello siempre era descartado de la mente del rubio.

—Sí —por fin bloqueó su celular y con un suspiro irónico se dispuso a ayudar a su compañero de equipo.

—Jimin, no puedo concentrarme si sigues haciendo pucheros y suspirando como vaca —le reclamó su mejor amigo y compañero de equipo. A el cuál no había ayudado desde su llegada, hace casi dos horas.

—¿Vaca? —preguntó indignado—. No suspiro como vaca —dijo mirando de mala forma al castaño sentado a un lado de él.

—Podrías ayudarme a responder las preguntas que faltan..., por favor —le respondió ignorando el comentario de su irritante amigo.

—Bueno... —aceptó con la cabeza abajo.

Aquella actitud no podía pasar desapercibida por su mejor amigo, así que, queriendo y no, el castaño se obligó a preguntar.

—Muy bien... Es él, ¿cierto? —le preguntó. Jimin boqueo, haciendo ademán de contestar, pero al no poder decir nada suspiró.

—Taehyung..., ¿está mal estar preocupado por alguien a quien seguramente no le importas? —el rubio miró directamente a los ojos de su amigo.

Podría haber sido su imaginación, pero Taehyung juraría que aquel característico brillo del rubio ya no habitaba más en sus ojos. Y eso le preocupó.

Mini, ese malhumorado y tú acordaron reglas —comenzó a decirle—. Ustedes no son nada, lo sabes, estuviste de acuerdo. Y aunque me duela ser yo quien te lo diga, no deberías de volver a buscarlo.

Sonaba mejor en su mente pero debía de hacer que su mejor amigo entrará en razón y olvidará de un vez por todas a ese patán. No valía la pena llorar por él.

—¿Tú crees que es mejor olvidarlo? —volvió a cuestionar, esta vez con un pequeño nudo en la garganta.

—Sí —le respondió sinceramente, Taehyung, soltando un nuevo suspiro.

Ata(ra)xia | YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora