Los latidos del corazón del pelinegro sonaban en armonía con los del castaño. El aire de la madrugada era frío y el cuerpo que lo sostenía por la cintura le brindaba el calor suficiente para no congelarse.
Había llorado durante unos minutos, en silencio, siendo consolado por las caricias y mimos que le proporcionaba su novio.
Quizá los brazos y piernas del pelinegro ya estuvieran entumidos por su peso, sin embargo él no se había quejado o reclamado, al contrario, de vez en cuando reforzaba su agarre.
—¿Estás listo para regresar? —preguntó Jungkook en voz baja, sin querer perturban el ambiente de tranquilidad que habían construido.
—Sí... —respondió el castaño. Suspiró y después sacó la cabeza del pecho de su acompañante para poder pararse como debía.
—Entonces vamos —el pelinegro le tendió la mano para poder comenzar a caminar rumbo al hospital.
Habían tenido que dar sus nombres nuevamente, luego de las indicaciones pudieron ir a la habitación correspondiente.
Eran las tres y media de la mañana, por lo que ambos chicos se veían cansados, de hecho lo estaban. A pesar de eso ahí se encontraban, aguardando por saber sobre la salud de su amigo.
Continuaron su camino por los pasillos y distintas habitaciones. Por fin encontraron el número correcto de habitación, Taehyung no pensó en tocar, sencillamente abrió la puerta y asomó su cabeza.
—Hola... —dijo en cuanto su vista enfocó una cabellera rubia.
El chico acostado sobre la cama abrió los ojos e intentó sonreír hacia los nuevos visitantes.
—TaeTae... —fue lo primero que dijo Jimin. Al ver a su mejor amigo inevitablemente una lágrima bajó por su mejilla.
El rubio tenía ganas de resguardarse entre los brazos de su mejor amigo y quedarse ahí para siempre.
—No llores, tonto —respondió Taehyung mientras se acercaba a abrazar a su amigo, el rubio correspondió su abrazo y lloró en su hombro.
Ambos sintieron un alivio al saber que estaban juntos y que estaban bien. Ellos necesitaban ese abrazo. Después de un rato Jimin se separó y miró directo a los ojos de su amigo.
—Lo siento —dijo el rubio avergonzado de sus acciones, también estaba triste, aunque eso lo intentaba ocultar.
—No te disculpes —dijo Taehyung con una sonrisa—. Lo importante ahora es que te cuides, seguirás otra vez una dieta y tomarás las vitaminas que te hagan falta.
Jimin asintió, sabía lo que su anemia conllevaba. Chequeos mensuales, una dieta balanceada, vitaminas, nutrientes y lo mejor, un amigo que le vigilará las veinticuatro horas del día. Sí, podría decirse que estaba siendo optimista, pero bueno, que más les quedaba.
—Haré todo lo que me digas qué debo hacer —dijo Jimin con una sonrisa.
—Más vale que sea así —respondió Taehyung con una ceja alzada.
Ambos sonrieron mutuamente, esa fue su reconciliación, no necesitaban decir "Perdón", sabían que ahora estaban bien.
—Entonces... ¿Cómo están? —habló Yoongi rompiendo el cómodo silencio, intentando ser amable. Claro, debía intentarlo.
Aunque no lo logró. En cuanto la voz fue escuchada por el castaño, la sonrisa que adornaba el rostro del mismo se borró.
—Tú —dijo Taehyung con cara de enojo, mientras se acercaba al pelinegro de ojos gatunos—. ¿Qué haces aquí todavía?

ESTÁS LEYENDO
Ata(ra)xia | Yoonmin
FanfictionJimin y Yoongi son amigos con derechos, y aunque aquel término sonará arcaico, era el título que llevaba su relación. Entre sonrisas traviesas, toques indiscretos y miradas furtivas, un nuevo sentimiento nació en ellos como flor en primavera. Pero...