Soy las cenizas que ardió en pleno abismo para encontrar su propia luz eterna.
»«
Hay momentos en la vida que la felicidad de una persona puede ser fugaz. Sin embargo, cuando uno ha conocido la oscuridad en su máxima esplendor, son pocas las veces que creemos en dicha alegría.
Pero días como hoy, donde la nostalgia y el amor se respiran en el aire, me hacen acordar la sensación de paz que pensé nunca volvería a experimentar.
Las risas resuenan en toda la casa y la calidez que siento en mi alma me llena de una manera abrumadora.
Salgo de mi despacho y me dirijo hacia al salón y ahí están las dos personas más importantes de mi existencia. Jhandra lleva en sus manos unas bandejas de entrantes y Jady la sigue con un racimo de uvas, el detalle es que a cada paso que da deja caer una al suelo, creando un sendero con ellas.
—Princesa, ahora vamos a recoger cada una.
—¡No, mami! Así se ve bonito. —Sonrío cuando Jhan se lleva la mano a la cara.
—Jady...
Así que sin perder más el tiempo me dirijo a ellas.
—Mia Moglie, yo me encargo de Jady y de los platos que quedan por traer. —La tomo de los hombros y beso, su marca de nacimiento.
«Esposa mía»
—Voy a meterme en la bañera un rato. No le quites los ojos de encima, Dy, que esta duendecilla... —Se inclina para tocarle la nariz—. Hace lo que quiera contigo.
La miro con indignación fingida y ella resopla. Me da un beso y se aleja contoneándose.
Ha estado todo el día preparando la cena de esta noche. Según ella, es significativo celebrar a nuestra familia cada año. Para mí es innecesario, todos los días son importantes; al despertarme y verlas sonreír, cuando disfrutamos de las comidas diarias y los desastres que ocasiona Jady, al cuidar a nuestra hija en cada malestar o enfermedad que tiene.
Sé que mi esposa ve las cosas de una manera diferente a la mía, y respeto sus decisiones y las tradiciones que ha establecido en nuestro hogar.
Cada pequeña cosa que paso junto a ellas es algo jodidamente valioso y reconfortante.
—¡Papi, vamos a jugar a las muñecas!
La cojo en los brazos y le doy vueltas, su carcajada me calienta el alma y el corazón.
Me visto de princesa por ella, tomo té con sus amigos imaginarios, le narro los cuentos más increíbles para que sus sueños no se perturben, la arrullo protegiéndola de todos sus miedos y también soy capaz de dar mi miserable vida por ella.
ESTÁS LEYENDO
(BORRADOR) Jazba Roja © ✔️Próximamente en Físico.
Acción«Qué lástima que el sufrimiento venga de un cielo que de un maldito infierno». »« El mundo de Jhandra Bell colapsa el día de su graduación. El amor no será capaz de hacerle cambiar su decisión. En pleno descenso a la oscuridad encontrará un aliad...