rovinarlo

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Merlina entró de nuevo a la habitación de su novia, siendo directamente abrazada por ella.

-¿Qué te dijo?

-Nada importante.

-¿segura? -y no pasó mucho para que Enid volviera a repartir besos por su mandíbula y cuello.

-solo me dijo que nos cuidaramos y eso - dijo mostrándole los sobres plateados.

Al verlos una sonrisa se escapó de los labios de la mayor.

Prácticamente Divina le dio su bendición para estar con Merlina, y eso era genial, tal vez sus suegros reales la castrarian después de esto.

Pero por ahora, tocaba aprovechar ¿No?

-¿Y... Tú quieres utilizarlos? -pregunto alejándose de sus cuello.

Tal vez estaba en celo, pero aún así necesitaba el consentimiento de su novia para cualquier cosa.

Lo que menos quería era obligarla a algo.

- Es obvio ¿No? -pregunto la menor- Si no quisiera me hubiera ido con Divina, además, ya me los dio, sería tonto que no los usaramos. 

Enid asintió dándole la razón.

Ahora tendrían que hacer el sacrificio y usarlos, esos condones no se tenían porque desperdiciar.

-¿Va a regresar?

-Tenemos 3 horas y 46 minutos tú decides si quieres seguir hablando -aclaro Merlina- ¿Y? ¿Qué decides? Porque podríamos seguir hablando y desperdiciar valioso tiempo.

Mientras Sinclair escuchaba atenta a su novia, ésta aprovechó para volver a acariciar aquella dureza de su entrepierna, jugando con la paciencia de su mayor.

-Podemos... Podemos hablar - Enid trataba de formular alguna palabra, cosa que le era imposible siendo que Addams prácticamente la estaba masturbando -¡Hablar en otro momento! Tenemos toda la semana para eso.

- Es verdad- Ninguna dijo más, sólo se acercaron a la otra, tratando de estar lo ama cerca posible.

Merlina beso a la mayor, tomando el dominio del beso, llevándolo a su ritmo.
Por otro lado Enid se aprovechó de esto, comenzando a quitarle la tan estorbosa ropa que la menor traía puesta.

Mientras traba de sacar con cuidado la camisa de la azabache se llenó de desesperación, arrancandola por completo, rompiendo la camisa.

- Lo siento -fue lo único que murmuró entre el beso, lanzando los pedazos de camisa lejos de ellas.

Separándose para admirar el abdomen y busto de su menor, estaba realmente fascinada con lo que veía.

Realmente la amaba.

Merlina estaba avergonzada, jamás la habían visto así... Y mucho menos tan fijamente.

Tal vez al principio se la pinto de valiente, pero la realidad es que tenía miedo.
Ambas tenían miedo, miedo de no hacerlo bien, o incomodar a la otra por su inexperiencia.

Después de Todo, era la primera vez de ambas.

-¿Puedo? -Sinclair rompió el silencio, llamando la atención de la azabache -¿Puedo? -volvió a preguntar viendo el sostén de la menor.

Merlina asintió despacio, tratando de relajarse.

Sintió como la rubia desabrochaba su sostén, más no lo quitaba.
Abrió los ojos, viendo a la mayor confundida ¿hizo algo mal?

Enid la vio a los ojos y le sonrió, tomando su mano, lista para hablar.

- Te amo - dijo repentinamente, provocando un gran sonrojo en Merlina- Ven...

Por favor no me sueltes. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora