{ Mutantes }
•
| ______ P O V ' S |
Tenía por lo menos a cinco chicos rodeando mi pobre cuerpo mientras corríamos dentro del bosque. No entendía nada, primero Nick me grita y quiere castigarme y ahora les dice a unos cuantos chicos que me cuidaran hasta que lo que estuviera pasando acabase.
— ¡Apagad el fuego! ¡Ahora! —exclamó Nick, y todos los que llevaban antorchas en las manos para alumbrar el bosque hicieron lo que el líder les había dicho.
— ¡Newt! ¡El tiempo! —Alby le siguió, y el rubio de detrás de mi enseguida miró su reloj.
— ¡9 minutos y 38 segundos!
— ¡Muévete, verducha! —el chico de mi lado exclamó.
— ¡Jake!
Algunos se giraron ante el grito de Nick, y el nombrado resopló, rodando los ojos ante aquello.
Los dos mayores se acercaron a donde estábamos nosotros, dejando de caminar.
— ¡Todos quietos! —gritó Alby, y de inmediato dejaron de correr absolutamente todos.
Nick agarró mi brazo, y él y Alby se pusieron frente a mi. Caminaron con lentos pasos silenciosos, y el líder hizo una señal con el dedo, llevando este a su boca, mandando callar a los demás.
Y un chillido se escuchó después, anunciando que estaban cerca de donde estábamos. Fruncí el ceño sin entender nada, Minho ya me había dicho que los bichos esos entraban un día de cada semana, pero, ¿para qué? ¿Por qué querían llevarse a alguien?
Pasos se escucharon después, alertando a los chicos que no dejaban que me moviera ni un centímetro. Los demás caminaron silenciosamente lejos de la parte donde se escucharon los pasos. Alby colocó una de sus manos en mi abdomen, tirándome levemente hacia atrás, a lo que yo retrocedí con cuidado.
— Silencio todos... —Nick volvió a murmurar, y los que estaban hablando se callaron enseguida.
Las pisadas empezaron a escucharse más de cerca, y no sé si era la única, pero estaba cagada de miedo en este momento. Algunos quisieron moverse de donde estaban por si los bichos se acercaban a ellos, pero Nick les hizo un gesto con la mano para que no se movieran.
Y, un minuto después, todos contuvimos la respiración cuando tres Mutantes nos rodearon.
Pero nadie se movió.
Ninguno movió ni un brazo ni un pie, ni siquiera movieron la cabeza hacia un lado, algunos simplemente estaban con los ojos cerrados, conteniendo la respiración. Aquello me sorprendió, ¿por qué nadie se movía? ¿Por qué esos bichos no nos atacaban?
La mano de Alby se movió lentamente de mi abdomen hasta uno de mis brazos, con su mirada fija en los tres bichos, intentando hacer sus movimientos lo más discreto posible.
Nick le hizo una señal con la cabeza a Minho, quien de inmediato se acercó a mi cuando los bichos miraban hacia los demás chicos, quienes parecían estatuas en estos momentos. Minho no hizo ningún ruido al caminar, como si ya estuviera acostumbrado a aquello.
Alby soltó mi brazo segundos después, y fue la mano de Minho la que rodeó ahora mi brazo, tirándome levemente hacia atrás.
Newt nos mostró el reloj, enseñándonos la cuenta atrás de los once minutos.
ESTÁS LEYENDO
Never stop running
Random¿Y si la historia comenzara a contarse desde el principio? Antes de que el laberinto se hubiera realizado. Cuando los protagonistas de esta historia no eran más que unos críos. Unos niños especiales. Unos niños que habían sobrevivido al Destello por...