{ Sin límites }
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- Narrador omnisciente -
En la Caja solo habían tres pequeños frascos con un líquido azul dentro.
Gally bajó a petición de Alby y agarró los tres objetos para luego subir de nuevo. Todos pegaron un pequeño brinco cuando la Caja se cerró de golpe.
—¿Qué mierda...? —las palabras de Sartén quedaron en el aire cuando la Caja hizo un sonido de que empezaría a bajar.
—¿Qué es esto? —Alby frunció el ceño, mirando el líquido dentro de uno de los frascos.
—Se parece a lo que le dimos a Gally cuando... —Jeff codeó el brazo de Minho para que se callase, dándole una mirada para nada contenta.
Gally frunció el ceño, y se acercó a observar los tres frascos que ahora eran el centro de atención. Alby y Newt se miraron, pero no dijeron absolutamente nada. Y el líder los guardó en uno de sus bolsillos, haciendo que todos levenataran la mirada de ellos hacia él.
—Esto ahora no os interesa, id a cenar, vamos —habló Alby antes de que alguien le preguntase algo.
Cuando ninguno hizo caso, Alby miró a Newt.
—Ya le habéis oído, todos a cenar. —dijo el rubio, todos bufaron molestos y caminaron hacia donde estaban ahora Sartén y los demás cocineros.
—En fin, iré a... —la voz de Thomas quedó perdida en el aire de inmediato.
—No tan rápido, Thomas —Minho lo agarró de la cadera, acercándolo de nuevo a él.
Thomas escondió una sonrisa al morderse el labio. Dejó las manos a los lados de su cuerpo, mientras Minho envolvía su cintura con ambas manos.
—¿Si?
—Tenemos un asunto pendiente, ¿verdad? —musitó Minho, alzando una ceja, que aunque Thomas no la estaba viendo, sabía perfectamente que la había subido.
—No sé de qué me hablas —Thomas usó la voz que siempre ponía cuando quería algo y nunca lo conseguía.
—Tu numerito de antes al empezar el juego —contestó Minho, y Thomas ladeó su cabeza, divertido—. Te han visto todos hacerlo.
Eso era cierto. Todos le habían visto subirse la camiseta y rascarse un lado del abdomen, ya que Alby solo estaba gritándole a uno que se comportara y aquello no interesaba mucho. Ese momento no fue muy bonito para Minho como debería haberlo sido, la verdad es que nunca había estado tan celoso por alguien.
—¿Si? ¿Me han visto todos? —preguntó Thomas, ocultando su sonrisa ante el tenso cuerpo de Minho detrás de él.
—Si. No hagas esas cosas, Thomas —murmuró Minho en respuesta.
—¿Sabes una cosa? —Minho hizo un gesto de que lo escuchaba—. Ellos podrán ver todo lo que quieran, pero tú... —agarró con suavidad las manos de Minho sobre su cintura, y las metió dentro de su propia camiseta— tú puedes tocar todo lo que quieras.
—Se dan cuenta de que todos podemos verlos excitarse entre ellos, ¿verdad? —Zart habló, mirándolos con diversión al igual que los demás.
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Never stop running
Random¿Y si la historia comenzara a contarse desde el principio? Antes de que el laberinto se hubiera realizado. Cuando los protagonistas de esta historia no eran más que unos críos. Unos niños especiales. Unos niños que habían sobrevivido al Destello por...