Arco 1. Capítulo 2

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-Eso sería todo... ¿Pueden hacerlo?.-

En medio del océano...
A algunos kilómetros encima sobre las costas de Kanto...
Se encontraba el Pokémon Mewtwo hablando con otros tres Pokémons, Articuno, Zapdos y Moltres...
Conocidos como las tres aves legendarias.

-El fin del mundo... Nunca pensé que llegaría a estar tan cerca...-

Decía Articuno con un tono analítico, aleteando constantemente sus alas para mantener el vuelo, aunque uno de sus hermanos parecía no creer en lo que Mewtwo decía.

-!Debe de ser una tontería ¿Qué clase de Pokémon sería tan fuerte como para derrotar a Arceus?!.-

Preguntaba Moltres, viéndose irritado pero aparte de eso, preocupado y asustado por el inminente final.

-Hay una teoría que dice que cuando alguien ve el futuro... Está destinado a vivirlo sin importar cuánto intente cambiarlo... Es posible que no podamos hacer nada para cambiarlo...-

Deduce Articuno, dejando a todos en un silencio inquietante, Mewtwo, quién tenía fe en que podían solucionarlo, se estaba abriendo a la idea de que posiblemente solo estén colaborando para llevar a cabo dicho final, inquietandolo un poco.

-No hay nada que podamos hacer, en ese caso... Sería mejor seguir las órdenes de Arceus y traer el final, que recibir un castigo de él por desobedecerle y de igual manera vivir el final..."

Propone Zapdos, dejando en silencio a sus otros dos hermanos guarden silencio, esto debido a la frialdad de sus palabras.
Después de algunos cuantos segundos, finalmente Mewtwo rompe el silencio.

-Bueno... Buena suerte... Y recuerden, si ven alguna actividad extraña, notifíquenlo.-

Finaliza Mewtwo para volver a emprender vuelo, dirigiéndose hacia Johto.

-¿Acaso estás trayendo el final a todos nosotros?... Darkrai...-

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Arco 1: Búsqueda del Pasado.
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En una pequeña ciudad de Kanto...
A horas ya del atardecer...
El ruido de la ciudad se comienza a escuchar por todos lados, un gran alboroto.

-¡Te deberías de pudrir en la cárcel!.-

-¡Uno de mis hijos murió por culpa de tus asesinatos!.-

-¡Eres un monstruo!.-

Tras la noticia en donde el asesino confesó que su compañero era el joven Gallade, rápidamente toda la ciudad se puso en su contra, obligándolos a huir entre las calles de la ciudad para intentar esconderse.

-¡Deja de huir, Yatogami Satō!.-

Gritaba una Lopunny, una de las líderes de Gimnasio, corriendo por un callejón mientras perseguía a dos siluetas, estos eran el joven Gallade y su amigo Lucario, quienes corrían por los callejones hacia otra salida, en donde, a los pocos segundos dió aparición el Slaking.

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