19. Todos sufrimos por algo

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¿Dos meses pueden pasar tan rápido? Si nos mantenemos ocupados intentando frenar la montaña rusa en que se convierten nuestras vida una vez entramos a la universidad, el tiempo puede pasar más rápido de lo que uno espera.

Mis calificaciones han mejorado tanto que solo necesito tres puntos para lograr el promedio deseado. Debo admitir que si no fuera por mi gran tutor y ahora novio, no habría logrado nada de eso. Últimamente ha rodado en mi cabeza la confesión indebida que hizo Michael en la fiesta de su padre.

¿Acaso ya nos conocíamos de antes? No puedo creer en esa opción, un rostro hermosamente tétrico como el suyo nunca podría ser olvidado por los mortales ni siquiera en la noche más oscura.

Mi móvil suena y veo deslumbrar el nombre de Diego en la pantalla. Contesto inmediatamente y acerco el móvil a mi oreja.

—¿Hola?

—Eller, ¿Estás con Michael? Hemos estado buscándolo desde ayer sin tener éxito.

Ahora que lo pienso, la última vez que supe de él fue el sábado al mediodía cuando dijo que debía hacer algo.

—Yo no sé de él desde el sábado. —afirmo—. Ahora me siento una mala novia.

—No te preocupes, a veces suele perderse pero siempre avisa cuando lo hará por mucho tiempo así que por eso estoy preocupado ya que no recibí ningún mensaje.

—¿Crees que le pasó algo?

La preocupación ahora me invade a mí, poniendo mis nervios de punta. ¿Michael estará bien?

—Oye, oye. Cálmate, nosostros seguiremos buscándolo. Tú mantente tranquila, él debe estar bien.

Incluso si sus palabras se escuchan reconfortantes no logran tener ningún efecto en mi persona y mi mente no se deja seducir por la positividad.

—¿Qué estará haciendo ahora?

♡♡♡

Las horas pasan e intento ocupar mi atención en otras cosas, las clases me parecen eternas y la pantalla apagada de mi móvil me inquieta aún más. El maestro decide dar por terminada la sesión de hoy y soy la primera en tomar mis cosas y salir del salón.

Pido disculpas constantemente mientras me muevo por el pasillo sin despegar los ojos de mi móvil y sin mirar al frente.

—Eller.

El llamado de alguien logra capturar mi atención y hacerme elevar mi rostro para descubrir de quien se trata. La tensión en el aire es palpable y no sé si podría ser capaz de romperla. La otra persona parece darse cuenta y vuelve a hablar:

—¿Podemos hablar un momento?

♡♡♡

El helado entre mis manos se derrite poco a poco, niños en el parque juegan junto a sus padres, el clima es fresco y hace del día un momento agradable para estar aquí.

—¿Están saliendo ahora?

La pregunta de Kessie logra hacerme girar hacia ella, no sé cómo se dió cuenta pero su rostro delata una muestra de que no está muy interesada en hacer correr el mensaje.

—Uhm. Ahora lo estamos.

Ella suspira y vuelve a tomar su helado.

—Todavía me gusta. —me irrito un poco con su confesión—. Mentiría si dijera que voy a olvidarlo de la noche a la mañana, pero eso no significa que voy a meterme entre ustedes.

Si fuera a decir que sí [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora