6. Un toque doloroso al alma

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Descanso mi rostro sobre la palma de mi mano, el sonido que produce el lápiz al chocar seguidamente contra la mesa genera un eco silencioso que viaja por las cercanías de la biblioteca. Incluso si he llegado aquí unos 10 minutos antes, esperaba encontrar a Michael con la mesa repleta de documentos, un semblante frío y alguna frase desmotivadora para su aprendiz.

Un suspiro deja mis labios y no entiendo su interés en reunirnos tan temprano en la mañana. Varias personas cruzan por mi lado y murmuran, yo simplemente los ignoro sabiendo exactamente sobre qué chismosean.

—Supongo que debo aguantar esto por mucho tiempo...

—Disculpa.

Aguien interrumpe la charla que mantengo conmigo misma y elevo mi rostro girándolo hacia la izquierda y encontrando a tres chicas aparentemente emocionadas.

—¿S-sí?

—¿Eres Eller, cierto? —la pregunta me deja un poco en duda, pero asiento—. ¡Oh, eres tan afortunada!

Quedo totalmente en las nubes.

—¿Eh?

—No solo eres la primera persona a la que Michael decide dar tutoría, ¡Sino que también te defiende delante de todos!

La confesión de una de las chicas me deja aún más confundida, ¿Qué hizo Michael?

—Eres demasiado afortunada, Eller. —agrega la otra chica—. Sin embargo, luego de todo el espectáculo que montó Michael por ti, no dudo que varios en la facultad empiecen a odiarte.

—Espera, espera. —la corto—. ¿Qué se supone que hizo Michael?

Las tres me observan sin poder creerlo y luego se miran entre ellas.

—¿Dónde has estado metida? —dice una de ellas—. Toda la facultad vio cómo rompió la lista del orden de los solteros.

Mi boca se abre con asombro.

—No solo eso. —agregan—. También amenazó a todos con no acercarse a su aprendiz a menos que quisieran que fuera con el director y revelara cada una de sus fechorías en la universidad. Fue la primera vez que todos vimos al frío Michael Stewart mostrar empatía por una chica.

No puedo decir nada, solo me sumerjo en mis pensamientos analizando la información recibida.

«Entonces eso era lo que estaba haciendo cuando pidió que lo esperara en aquel salón...»

—Eller. —las personas a mi lado me traen de regreso a la realidad—. No pienses mucho en eso y no te preocupe, no creo que lo haya hecho porque está interesado en ti.

—Uh, Michael no ve a las mujeres ni siquiera como compañeras de clase. —añade otra de las chicas.

—Nosotras nos vamos, ¡Suerte!

Regalo una sonrisa mientras me despido de ellas con un ligero movimiento de manos, para luego perderme nuevamente en mis pensamientos.

Solo minutos son necesarios para escuchar la puerta ser abierta nuevamente y ver cómo mi rostro se gira involuntariamente hacia el lugar, haciendo que mis ojos conecten con los del chico que acaba de ingresar y no tarda mucho en encontrarme y plantar su mirada en mí.

Ahora que lo pienso, nunca he visto una sonrisa en su rostro y si lo analizo desde este punto, se vería más lindo si alguna vez intentar- 

—¿Qué es esto?

Mi momento romántico es interrumpido cuando, sin saber en qué momento llegó a mi lado, lanza los papeles sobre la mesa haciéndome saltar. Llevo mi vista a él y mi ceño se frunce.

Si fuera a decir que sí [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora