Si fuera a decir que sí [✔️]

7. Iniciación

2 semanas de tutoría han sido suficientes para dejarme en claro por qué Michael Stewart es el mejor estudiante y por qué yo soy tan perezosa. Prefiero tener mi vibra a tener un libro siempre frente a mis ojos.

Olivia camina a mi lado mientras hacemos la fila para servir comida en nuestras bandejas, hablamos de cualquier cosa mientras esperamos nuestro turno.

—Hey, Eller. 

Veo a Diego saludar mientras se acerca a nosotras y lo saludo de vuelta.

—Hola.

Su vista viaja hacia mi amiga y su sonrisa se hace más grande. Me encojo un poco debido a que todo parece indicar que estoy estorbando entre su escena de romance, pero pocos segundos pasan para que ambos vuelvan a depositar su atención en mí.

—¿Estás nerviosa por la semana de exámenes? —su pregunta me hace recordar la razón por la que no he tenido descanso estos días.

—Oye, literalmente ha estado día y noche pegado a los libros. —alega mi amiga—. Deberías tomarlo un poco más calmado.

Diego apoya su consejo y yo resoplo, un poco cansada.

—Lo sé, pero no he podido dejar de pensar en- 

—¿Michael?

—Sí, yo no he p-... Espera, ¿Quién? —vuelvo a la realidad cuando miro el rostro sorprendido de Diego observando algo por encima de mi hombro.

Giro mi cuerpo lentamente y descubro por qué mencionó aquel nombre, pero no comprendo la razón por la que parece tan sorprendido. 

Con la expresión nula de siempre, se acerca a nosotros mientras sostiene su bandeja. Tanto Olivia como Diego parecen curiosos sobre el motivo por el cuál se coloca justo frente a mí.

Reúno valor y decido soltar las primeras palabras hacia él.

—¿Por qué tú...?

—¿Van a seguir hablando? —me interrumpe—. Podrían hacerlo una vez que salgan de la fila, todos quieren comer.

Mi gesto cambia y mis deseos de golpearlo en la cara son más fuertes que mis ganas de comer. Los tres resoplamos debido a su orden y nos giramos al frente, dejándolo en espera. Sin embargo, Diego parece realmente curioso por su presencia, razón por la que gira nuevamente y lo señala.

—Oye, ¿Por qué estás aquí?

Su pregunta llama mi atención y giro mi rostro hacia Michael que ahora luce nervioso.

—¿Qué voy a hacer aquí? ¿A qué viene la gente a una cafetería? —su intento por defenderse parece exponerlo aún más.

—¿Desde cuándo almuerzas en la cafetería? Me sorprendí de verte el primer día pero ahora vienes todas las semanas. —alega su mejor amigo.

—¿Qué tiene que venga? ¡Siempre he comido aquí!

Diego intenta controlar su risa, sabiendo exactamente lo difícil que está siendo para su amigo mantener la mentira.

—Eso no es cierto, siempre comes con el director. —Michael se envuelve en la vergüenza mientras Diego parece satisfecho con su reacción.

Sin embargo, la que termina pagando soy yo cuando Michael arranca mi bandeja con comida de mis manos y me da la suya, sin ningún alimento en su superficie.

—¡Oye! ¿Qué estás haciendo? —empuja la bandeja hacia mi pecho.

—Así tendrán más tiempo de seguir hablando.

Su respuesta deja mi boca abierta mientras lo veo alejarse. Olivia intenta calmarme y Diego parece aún más interesado con esta interacción que con la anterior.