3. Lista para fallar

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 Lavo mis manos y observo mi reflejo en el espejo, solo han pasado algunas horas y siento que este tercer día ha sido el peor hasta ahora. Tomo un poco de papel y seco mis manos justo en el instante en que mi teléfono empieza a sonar.

Lo retiro de mi bolso y respondo la llamada al ver que se trata de Olivia. 

—Hey, Oliv.

—¿Estás ocupada? —cuestiona mientras intenta hablar en el tono más bajo posible—. La asistente del director de la facultad vino a mi clase y preguntó por ti.

Mi gesto palidece.

—¿Por mí?

—Pidió que si alguien te veía te hiciéramos saber que el director espera verte en su oficina lo antes posible.

Mis manos tiemblan y pienso en lo peor, quedo en silencio algunos segundos sin saber qué responder sin mostrar lo temerosa que me siento.

—¿Eller, estás ahí?

La pregunta de Olivia me hace volver a la realidad y fingir una tranquilidad inigualable.

—Uh, aquí estoy. —digo—. Iré a verlo ahora.

—¿Quieres que te acompañe?

—Está bien, tu clase aún no termina y no es bueno que te escapes el primer día.

Escucho cómo resopla y no puedo evitar reír un poco.

—Iré desde que el maestro termine de hablar sobre su vida, lo prometo.

Cuelgo la llamada y vuelvo a mirar mi reflejo en el espejo un poco más desanimado que el anterior y consciente de que pronto será degollado con palabras duras en la oficina del director.

♡♡♡

Mi mano temblorosa da tres toques en la puerta y una voz ronca me invita a pasar. Oculto mi nerviosismo por un momento y me acerco al escritorio detrás del cual descansa una imponente y fría figura masculina que me observa sin ningún interés.

—¿Usted es...? —lo tosco que demuestra ser con una sola oración hace que mi escudo de seguridad caiga.

—Eller Matcrobbie, señor. Usted pidió verme.

Duda unos segundos de mi afirmación pero luego parece recordar.

—Oh, eres la chica que entró a nuestra facultad sin cumplir los estándares.

Mis ojos se llenan de lágrimas pero las mantengo en su interior.

—¿Para qué quería verme?

Justo en aquel momento otros tres toques son dados en la puerta y luego muestran a la persona que menos quisiera ver en este momento. Sus ojos encuentran los míos y se sorprende. Por otra parte, creo ver un dejo de preocupación en su rostro pero dudo que sea así.

—¡Michael! ¡Pasa! —observo nuevamente al director y cómo cambia su actitud al tener frente a sus ojos algo que sí es de su agrado—. Eres el mejor estudiante de la universidad y encima vives ayudando a este pobre hombre, ¡Tu padre debe estar orgullo de tener un genio como su hijo!

Me niego a mirar al chico que se mantiene en la entrada porque no creo que soporte ver su gesto de superioridad al recibir aquel elogio.

—Señor, puedo regresar más tarde si está ocupado. —dice el chico.

El director niega frenéticamente mientras lo invita a cerrar la puerta y entrar. Michael hace caso y se dirige al escritorio para arreglar los documentos que ha traído.

—¡Claro que puedes estar aquí! Ahora mismo estoy arreglando un problema de la facultad, no entiendo cómo calificaron las pruebas y dejaron entrar a esta chica si no cumple con nuestros requisitos.

Michael se paraliza e incluso parece estar nervioso.

—¿Usted... va a sacarla? —pregunta, su tono preocupado no me deja entender el motivo de su pregunta.

El director resopla y vuelve a mirarme.

—Debería hacerlo, pero eso solo atraería rumores de ineficiencia a nuestra facultad. —afirma, clavando un puñal en mi pecho—. Voy a darte este semestre para mejorar tu promedio, de lo contrario es mejor que vayas buscando otra facultad o posiblemente una universidad que se acople a tu intelecto.

Michael vuelve a mirarme y cada vez siento mis lágrimas más cerca del límite. El chico duda un poco pero da un paso hacia adelante dispuesto a hablar, pero lo interrumpo.

—No se preocupe, si no logro aumentar mi promedio para final del semestre, yo misma me iré de la facultad, incluso de la universidad si así lo desea. Ahora, me iré.

Michael me observa con un gesto de negación que no puedo notar al estar sumergida en mis propias emociones. Doy la vuelta con lentitud y me alejo de ellos, saliendo del lugar.

Al cerrar la puerta lo primero que encuentro es a Olivia esperando impaciente, sus ojos encuentran los míos e inmediatamente dejo caer mis lágrimas. Se acerca a mí y me envuelve en un cálido abrazo brindando su apoyo.

—Está bien, te encontraremos al mejor tutor del país para que puedas quedarte. Nadie necesita al estúpido de Michael Stewart. —intenta usar sus palabras para reconfortarme y logra hacerlo solo un poco.

Ambas nos separamos dispuestas a irnos del lugar, pero la puerta es abierta y giramos en dirección al lugar para encontrar a un Michael exaltado. Incluso si es raro verlo sin ese semblante serio y ninguna emoción impregnada en su piel, no me conmueve. No creo que lo haga.

Se queda en silencio dudando si debe decir lo que piensa o no, pero nunca lo hace, así que me doy la vuelta dispuesta a irme pero toma mi brazo con un gesto de dolor y me detiene, haciendo que vuelva a mirarlo.

—No lo hagas. —dice.

—¿Qué?

—No te vayas de la facultad.

Su petición hace arder mi sangre, me libero de su agarre con brusquedad y lo observo.

—Me dices que no serás mi tutor, me insultas y me haces saber que nunca tendré un intelecto tan grande como el tuyo. —escupo—. Hoy incluso pudiste jactarte de que eres el mejor alumno de la universidad, ¿Y ahora vienes a decirme que me quede? ¿Para qué? ¿Para seguir teniendo alguien sobre quien sentirte superior?

Aunque parece herido con mis palabras, no estoy dispuesta a sentir pena por él.

—Yo...

Incluso cuando siento que pedirá perdón o se arrepentirá, él calla. Asiento lentamente y mantengo mi vista en su rostro.

—Puedes estar tranquilo, no volveré a molestar a la promesa de la universidad.

—Yo no quise d-

—Buscaré un tutor que quiera ayudarme y si no logro aumentar mi promedio ya no tendrás que preocuparte por mi presencia cerca de ustedes y sus grandes intelectos, buscaré una universidad que se adapte a mi poca inteligencia y la forma en que sostengo un trapeador.

No digo nada más y me doy la vuelta junto a Olivia, alejándonos del lugar y dejando a un joven perplejo que parece no haber obtenido lo que quería.

Si fuera a decir que sí [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora