Pienso en Mahala, esa camisa se ajusta demasiado bien a su cuerpo, me encantan los hombres con tatuajes, bueno creo que me encanta él.
—Los perdieron.
Le da la orden al halcón de que vayamos a "casa".
—Maledetto.
—¿Y mamá?
—Luego iremos por ella.
Agacho la cabeza.
—No lo hagas, un Mascherano non chinare mai la testa.
La levanto y sonrío.
—Te extrañe más de lo que creí.
«Hija de perra mentirosa.»
Llegamos a una mansión no tan grande cómo la de Christopher.
«JA, ni en eso le llegas a los talones a mi padre.»
—Damon está en su habitación pero antes ve a cambiarte, Ali te llevará hasta la tuya. —Me informa Antoni.
—Gracias.
Lo abrazo.
«Que asco, me tendré que duchar cómo veinte veces para que se me salgan sus finas garrapatas». Intento no reírme de mis pensamientos para que no crean que estoy loca, pero bah, sí lo estoy.»
Sigo a Ali hasta una puerta blanca.
La abro y todo adentro es del mismo color, elegante, mucho vidrio en la mesa, en todo.
Meto a la mano derecha de Antoni a mi habitación antes de que se vaya.
—¿Che stai facendo?
Desabrocho su camisa después de quitarme el saco junto a la falda que traía puesta.
Me muero el labio inferior y me acerco a su oído.
—Estuve esperando mucho tiempo para ésto no me digas que tú no, note como me mirabas, cómo me tocaste. —Le digo voz baja.
Carraspea.
Tomo una de sus manos para colocarla en mi vientre bajo, tomo la otra y la coloco en uno de mis pechos.
—Lo sai che non posso.
Lo tomo del cuello y lo acerco a mi.
—Non avere paura Antoni dijo que lo dejaría estar, ya después si me harto de ti te mató pero no lo haré, joder quiero estar contigo desde hace mucho tiempo.
Aprieta mi pecho y cuela su mano entre mi falda.
Jadeo.
Intenta alejarse pero soy más rápida acercando mis labios a sus pectorales, lamo y dejo besos.
—La mia signorina.
—¿Ya te había dicho que me encantan tus tatuajes?
Pretendo arrodillarme todavía besando su abdomen y me toma del cabello.
—Sí principessa.
Trato de abrir su pantalón pero no me deja, me toma del culo y me levanta.
Lo magrea a su gusto.
Jadeo otra vez.
Cuando está apunto de besarme suena su celular.
—Es su padre.
—Carajo, ya te dije que me hables de tú.
Responde y escucho como Antoni le pregunta dónde se metió.
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Heaven and Hell
DiversosNo soy una Morgan, llevo su apellido pero no su sangre, sin embargo, he sido la única qué desde que los conocí supo descifrarlos, que entendió su tempano de hielo y adoptó uno mismo. No es fácil ser una James; tener que soportar lo que conlleva... ...