Capítulo 9

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No sé desde cuando estoy aquí, cuánto tiempo ha pasado pero cuando recupero la consciencia siento un dolor de cabeza insoportable.

Vómito hacia un lado.

Abro bien los ojos y a mi lado está Emma encadenada, Amelie un poco más lejos en una jaula.

Toso sin parar.

Mi tía está desnuda llena de golpes, débil, con los ojos rojos, los labios rotos y temblando del dolor.

«¡Maldito hijo de perra!» Me las vas a pagar con creces Thomas Morgan.

Me miro a mí misma y veo que estoy también desnuda. Rápidamente pasan por mis ojos la duda, el dolor y el miedo de que hayan abusado de mi «otra vez».

Suspiro «me siento muy débil por la droga en mi sistema».

Me remuevo y el dolor en mi entrepierna se hace presente, no derramo ninguna lágrima ya que no deben mirarme débil pero el dolor de mirar a Emma y Amelie así, y el dolor de que me hayan violado otra vez me sobrepasa.

Tengo demasiados golpes, la herida de mi brazo y pierna llena de sangre seca, con unos torniquetes. «Ja, no quiere que me muera todavía».

El coraje me está consumiendo, Emm está muy mal, ha sufrido tanto y a Amelie le están generando traumas.

—¿Qué ha-haces aquí? —Me pregunta Emm entre dolor y tos.

Se le dificulta hablar.

No quiero ni pensar todo lo que le han hecho.

Intento acercarme a Amelie pero las cadenas en mis brazos y piernas no me dejan avanzar a ella.

—Hola mi princesa. —Le saludo.

—Hola princesa. —Me responde sorbiendose la nariz.

Me mira con melancolía.

«Ha llorado mucho», su carita roja presa del miedo y sus ojos llorosos me lo confirman.

—Vine a matar a Thomas y Agatha.

—La mataste.

Asiento.

El temor se instala en mi.

—¿Les hicieron algo por ello?

Toma aire para responder.

—No, por eso no pero a ti sí, ¿qué te hicieron mi niña...?

Se ve muy adolorida y preocupada así que lo que menos necesita es tener que cargar con lo mío.

—Los golpes y los disparos.

Sigo tosiendo.

—¿¿Segu-ra??

—Sí. —Miento a la perfección—. ¿A ti que te han hecho tía?

—Lo qu-que miras..

Reconozco la mirada rota de una persona que fue violada.

Y mi tía Emm no lo fue.

—¿Abu... Abusaron de ti? —Indago con la voz entrecortada.

—Casi.

—¡Joder!, ¿A-amelie?

—No, jamás permitiría que ocurra, no permitiré que le hagan daño nunca.

Suspiro de nuevo, con un peso menos de encima.

—Bien.

Lo único que quisiera ahorita mismo es gritar y soltarme a llorar; como también matar a todos y hacerlos sufrir de la peor manera posible.

Heaven and HellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora