Capítulo 29

66 6 1
                                    

Acabamos de comer y seguimos con el pastel. Colocamos el buttercream de color rojo, hacemos los ojos, las ruedas, finalmente unos rayos.

—Terminamos.

Aplaudimos contentos y sobretodo cansados «aunque no hicimos casi nada» Cayetana hizo todo.

—Caye, ¿nos tomas una foto?

—Claro mi niña.

Le tiendo mi celular, toma varias fotos y me lo regresa.

—Ahora a bañarse todos, corran, corran.

Dejamos el pastel en la nevera, tomo a Milenka en brazos y la nana a Owen.

—¡Hay que bañarnos juntos!

—No se puede mi niña, mejor vengan tú y tu hermano yo los baño ahorita mismo.

—No, está bien yo puedo bañarlos, descansa por mientras Cayetana.

—Yo puedo ayudarla señorita.

—No te preocupes anda yo los ducho, solamente llévame a mi habitación sus trajes de baño.

—De acuerdo mi niña.

Me da una sonrisa de oreja a oreja, tomo a los mellizos en brazos y subo a mi habitación con lentitud «nunca había resentido su peso hasta ahora» estoy cansada, debe ser solo eso.

Entramos a mi habitación, de inmediato los dejo en mi cama. Tomo la pequeña bocina de colores que yace en mi tocador y coloco canciones de Disney en un tono moderado.

—Entraré a cambiarme al baño ¿está bien? quédense escuchando las canciones.

—¡Está bien!

Me adentro en el baño para colocarme un traje junto con una bata que cubra mis marcas por el momento.

Desde que tengo memoria he tenido cicatrices por todo mi cuerpo pero últimamente tengo moretones y mis venas se van tornando de un color morado casi gris.

Me visto, le pico a los botones de la tina para que vaya llenándose de agua caliente y salgo mirando como Cayetana termina de ponerle a mis hermanos los suyos.

—Yo pude haber hecho eso Caye.

—No es molestia para mi, mi niña es mi trabajo.

—Bueno, a ducharse.

La nana me ayuda bajandolos de la cama.

—Si necesitan algo estaré al pendiente.

—No necesitamos nada más Cayetana.

—De acuerdo mis niños.

Sale de la habitación, tomo la bocina y nos adentramos en la tina.

—Se ven espectaculares.

—Lo sabemos.

—¿Y tu traje? —Me pregunta Owen.

—Lo traigo puesto, sólo hay que meternos.

Toco el agua notando qué ya está templada.

—Ya está el agua, vengan.

Se acercan y con un poco de dificultad los meto uno por uno a la gran tina redonda.

—¿Por qué siempre está oscuro tu baño?

—Porque me gustan los colores oscuros Mile.

—Me gusta.

—¿Verdad que sí cariño?

Quito mi bata y me adentro con ellos a la tina. Mi habitación es de tonos oscuros, la ducha igual por supuesto.

Heaven and HellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora