Capítulo 20

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Antes de que Antoni saliera finalmente de su cautiverio y notara lo de las sirvientas ya que reconocería a las amigas de Rachel, salí del laboratorio para pedirles que se fueran ya.
Ali ya mando a pedir las nuevas sirvientas y la hermana de Uda viene en camino.

No dejaré solo a Damon, Mahala e Irina lo cuidarán con su vida.

—Ahora que estamos bien, es necesario qué sepas que me iré. —Le informo a Antoni una vez Damon se retira.

—¿A dónde?

—México, quiero tener una vida diferente dónde pueda ser otra yo; una diseñadora de modas. —Miento.

—Porque será que ya no te creo, ¡¿te vas a largar con los Morga cierto?!

—No, aunque no me creas de verdad quiero otra vida, estoy cansada. —Sigo mintiendo, aunque en ésto si hay un poco de verdad.

Niega.

—Aquí puedes tener la vida que desees aunque seas una cagna.

Lo abofeteo.

—Recuerda que lo quieras o no ¡soy la maldita principessa de Italia!, así que no te conviene seguir tratándome mal papà.

Me voltea a ver furioso con unas inmensas ganas de regresarme la bofetada.

—Tienes razón pero ¡jamás en tu vida se te ocurra volver a golpearme!

Sonrío.

—Volveré, mi hermano está aquí y, soy medio italiana después de todo.

Sonríe no muy convencido.

«Está siendo muy complaciente y no sé que tan bueno sea eso.»

—Voy a buscar a Damon para despedirme.

Asiente.

—Adelante principessa.

Lo abrazo. «ASCO joder, pero es mejor tenerlo de mi lado».

Salgo con mis maletas, dónde me está esperando Ali.

—¿Vamos a un hotel? —Le digo cuando me subo a la camioneta.

—A mi casa.

—Vale.

Cuando estamos lo suficientemente lejos de la mansión Mascherano lo saludo como debe de. Con un beso.

«Te estás equivocado Katherine Morgan James» Pero ésta equivocación está muy buena.

Amore...

—Te extrañé preciosa.

—Nada más fueron éstos días, serán más ahora que me vaya.

Se voltea no muy de acuerdo con mi decisión.

—¿Es necesario que te vayas? Puedes mandar la cura con alguien.

—Estamos hablando de mi familia, de mi hermano.

—Sí pero.. estás dejando a tu otro hermano, y a mi.

—Lo sé, sin embargo no hay otra opción, sabes que volveré.

Llegamos a una casa linda, «hogareña».

—¿Vives aquí?

—Sí, vengo aquí de vez en cuando a visitar a mi familia.

—Oh. —No digo nada más ya que estoy sorprendida.

Pensé que sería otra despedida «más que nada follar, una muy buena despedida», en cambio me trae a conocer a su jodida familia.

Heaven and HellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora