Capítulo 25

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Una semana después

Ignoro los casi reclamos de Rick y Rachel por la doctorsita concentrandome en mis pensamientos.

Han pasado días desde los exámenes en el laboratorio del doctor Zukpra, dónde desaparecieron Sam y Tyler, dejaron vivo nada más al doctor para darnos instrucciones «menos mal me leyó los resultados».

Ahora que no existe contienda entre los rusos y los James sólo hay dos cabos sueltos asechandonos. El pedazo de mierda del Basura y el imbécil cuervo Mascherano.

Siendo completamente sincera no había querido llamar a Mahala, así que por eso mismo no sé a ciencia cierta quién los capturó, sin embargo los que saben de lo mío con Ali me han estado jodiendo para que investigue el paradero de mi querida tía y el escolta.

Ali Mahala, no es que te esté ghosteando es solo que no quiero escuchar más personas preocupadas por mi, puesto qué al yo saber los resultados de mis exámenes mamá y Emm no me creyeron en su totalidad cuando les dije que todo estaba excelente.

Los dejo hablando solos mientras subo a mi habitación.

Suspiro hastiada mientras tomo mi celular, marco el número del celular que le dejé a Mahala esperando no meterlo en problemas con Antoni.

Principessa.

Amore.

¿Come stai?

—Espléndidamente bien, ¿y tú?

—¿Segura?, yo bien.

—¿Seguro tú?

—Extrañándote.

—Y yo a ti Il mio bellissimo tatuato.

—¿Ocurre algo?

—Quería saber cómo te encuentras, y...

—¿Y.. la mia bella?

—¿Sabes dónde está la hermana de la Regina y el escolta?

—Sí.

—Dímelo.

—Aquí.

—¿Por qué? Qué pasa por la cabeza del italiano ahora.

—Quiere que la Regina e la Principessa vuelvan.

Estúpido.

—No volveré a menos qué la situación lo amerite y ésta no lo vale.

Suelta una risa algo ronca haciendo mojar mi intimidad.

Dannazione mi manchi.

Mi manchi troppo, bella.

—Necesitamos vernos pronto.

—Puedo escaparme cuando llevo a Damon a sus clases.

—De acuerdo, en éstos días nos ponemos de acuerdo. ¿Cómo está Damon?

—Te echa de menos.

«Pobre.»

—Ha sido demasiado tiempo hablando, deberíamos colgar para evitar sospechas de Antoni.

—De acuerdo, abbi cura di te la mia signorina.

—También cuídate amore.

Cuelgo para después salir de mi habitación hacía la sala dónde yacen los reclamadores, Alex, Emma, Ilenko, su hermana «mi novia» y mi padre.

Heaven and HellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora