Capítulo 53: Con una única misión.

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Las Crónicas del Campamento Mestizo, fue escrito por Rick Riordan.

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La Última Hija del Mar

Atenea bajó la cabeza y suspiró. —Con la única misión... de destruir la entrada del Laberinto de Dédalo a nuestro Campamento y evitar que sea atacado.


Sincronizarnos con nuestros nuevos amigos Romanos, no nos fue fácil y aparte, había mucha desconfianza, dirigida desde los Griegos a los Romanos.


Eso confundió a los dioses.

— ¿Porqué desconfiaban de ellos? —preguntó Apolo.

Will respondió a su padre. —Porque son aliados, que salieron de la nada en un momento de tensión para el Olimpo y el Campamento Mestizo.


En los entrenamientos, yo solía ser vista con Clarisse y Zoë o con Zoë y Thalía, era lo normal y a ninguna de las tres, mucho menos a Artemisa, (con quién solo solía pasear por la playa o quedarnos mirando los campos de fresas, si es que no hacíamos competencias de tiro con arco) parecía gustarles tener a tras dos competencias por mi corazón y atención.


Las cuatro, miraron indignadas a su novia, quien les devolvió la mirada, casi acusándolas de rebatir sus palabras, si es que mentía.


Hylla intentó tomar el lugar de Clarisse como (y en sus propias palabras, no las mías) "Novia más amada y líder de Harén", durante un combate de uno va uno, dónde ninguna de las dos, se dejó nada.

Hylla usó todos sus conocimientos de Bellona, en la batalla.

Pero Clarisse no iba a dejarle su puesto, pues fue la primera de mis novias, a quien yo conocí.

Todos los Campistas, tragaron saliva nerviosos, ante este combate.

Yo intenté detenerlas, pero mis esfuerzos, cayeron en saco roto, mientras las veía a ambas, llegar al cuadrilátero, vestidas con armaduras, cascos (el de Clarisse con un penacho rojo y el de Hylla con uno azul) y armas y escudos.

Clarisse con su lanza.
Hylla con su daga.


—Oh, cielos —gimió más de uno. Y, aunque para Penny todo esto, era el pasado, no pudo evitar ponerse nerviosa.


Jamás había presenciado un combate más veloz y más crudo. Ambas se golpeaban los escudos y petos, con todo lo que tenían, lanzando gritos de guerra y, por lo que yo misma podía decir, no se guardarían nada. No tenían piedad, la una con la otra.

Suspirando, extraje una bolsa de Ambrosia, que olvidé que tenía encima y como no se caduca, entonces lo agradecí a Apolo, mientras seguía viendo el combate, que no desaceleraba y comenzaba a alargarse. Al mirar a mi derecha, vi a Beckendorf y me acerqué a él.


— ¡¿Es en serio?! —se quejó Artemisa. —¡¿Dos chicas se pelean por ti y te vas a hacer algo más?!

Penny se cruzó de brazos. — ¿Me ves cara de que yo quería que ese par de allí, combatieran entre sí, cuando yo las amaba a ustedes seis, sin que eso me provocará algún tipo de daño emocional? —Hylla y Clarisse, bajaron la cabeza apenadas. —Dos de mis novias, están combatiendo frente a mí a un par de metros, con peligro de decapitación o desmembramiento ¿y crees que tengo el tiempo suficiente, para pedirles que se desnuden o me besen o me bailen en frente, especialmente con el peligro de posible invasión al Campamento? —Artemisa, Hylla y Clarisse se  apenaron por su actuar y no dijeron nada.


— ¡¿Como va el asunto de las bombas, para hacer estallar la entrada al Laberinto de Dédalo?! —pregunté, con un grito, mirando a Beckendorf, quien estaba muy cerca de Silena, mientras que ambos miraban el combate. Mientras que yo, estaba agradecida de no haber sufrido un amotinamiento de los hijos de Atenea y Minerva, por ese asunto, sino solo su rencor y depresión.

— ¡Esperamos al menos, tener cuatro de las cargas listas, para mañana a primera hora! —dijo Beckendorf.

— ¡¿Sabes si hay alguien vigilando la entrada al Laberinto?! —tenía que preguntar.


—Esa fue una excelente idea, ¿Saben? —dijo Atenea. —Aun así... Todo ese conocimiento arquitectónico perdido... —Suspiró.

Ares asintió. —Mantener guardias, ante el Laberinto, es una idea excelente, así como la idea de destruir la entrada. Solo me preocuparía, si se llegara a repetir la escena con Clarisse: un aliado que sale del laberinto.


—Will Solace de Apolo, Nico di Angelo de Hades, su hermana Hazel Levezque y Piper McLee, están vigilando ahora mismo, en dos horas, debería de haber un relevo —dijo él.

Finalmente, escuchamos un choque de escudos, gemidos y miré hacia el frente, encontrándome con algo que ya había vivido en una infinidad de ocasiones: Hylla y Clarisse en el suelo, malheridas, derrotadas por sus condiciones de humanas, agotadas por el combate y no tanto por haber sido derrotada por su contrincante.

Beckendorf, Silena, Nico, Bianca, Clarisse, Hylla, Reyna, Frank, Michael y yo, nuestra misión, consistía en ingresar al Laberinto, colocar las cargas explosivas y salir de allí, tan pronto como nos fuera posible, para luego hacerlo estallar y frustrar los planes de nuestros enemigos.


Zeus le dio una mirada a Atenea, quién reprimió un gemido y lo mismo hicieron sus hijos presentes.


Marchamos los diez, usando los Pegasos para sobrevolar el bosque y evitar exponernos a otros peligros, cuando ya teníamos en frente una posible invasión.


—Entiendo bien, que estén preocupados —dijo Atenea. —Pero solo existe un hilo de Ariadna. No se preocupen. Ustedes lo tienen, no hay forma de que el enemigo pueda usarlo.


Y allí estaba, como si se tratara de un agujero perfectamente cuadrado. Descendimos, en medio del bosque. En una mano llevábamos un arma y en la otra, llevábamos el explosivo, nos aproximamos y dejé caer la primera carga, por las escaleras: era redonda, como de un cristal rojo, con una especie de esfera o cruz que la envolvía de bronce celestial.

Ingresamos en el Laberinto y colocamos las otras cargas, o en el suelo junto a la mía, o en las escaleras, las pegamos con un raro mecanismo integrado en las bombas, contra las paredes o el techo.

Salimos de allí y las detonamos, saliendo volando y por milagro, los diez estábamos vivos.


Leo tragó saliva y le entregó el libro a su madrastra, Afrodita. Ella abrió los ojos como platos y tragó saliva, para luego leer el título del siguiente capítulo. —Capítulo 8: Funcional, pero bajo ataque.

Leyendo: La Última Hija del Mar (Fem-Percy Jackson x Harem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora