Las Crónicas del CampamentoMestizo, fue escrito por Rick Riordan.
Zeus tomó el libro. —El noveno capítulo se llama: "Visitamos el Emporio del Gnomo". —leyó, y todos miraron a las protagonistas, pero ni las chicas, ni el Sátiro dijeron nada.
Clarisse guardó silencio por algunos pasos más. —No soy Annabeth —me aclaró ella, mientras parecía buscar, las palabras indicadas, para usar. —Es solo que... si mueres... aparte del hecho que eso realmente apestaría para ti, querría decir que la búsqueda se terminó. Ésta puede ser mi única oportunidad para ver al mundo real. Quizás por eso, estaba actuando tan... desgraciada y de forma tan mandona, contigo.
—No pretendo morir tan joven, Clarisse —le aseguré. —Encontraremos el casco y el rayo, y ambos serán devueltos, a sus respectivos dueños. Saldremos vivas, de esta odisea, lo juro.
— ¿Sabes? —comenzó ella. —Nací en Phoenix, en Arizona y.... mi madre, era hija de un militar, quien la entrenó desde muy joven, y eso la volvió... como yo.
Lo solté, de una forma, en la cual no debería de haberlo hecho. — ¿Llena de buenos sentimientos, que no saben ser expresados, debido a que debes de llevar una máscara?
— ¿Es que quieres morir, antes de concebir? —preguntó Apolo sonriente. Penélope solo se encogió de hombros, antes de besarle la mejilla a Clarisse, causándole un sonrojo y un beso a cambio.
Clarisse asintió. —Mi madre llamó la atención de mi padre, por ser una marimacha y.... se espera, que nuestras parejas, sean... tan fuertes y aguerridas, como nosotras. Pero... —negó con la cabeza, y una lagrima rodó por su mejilla, que rápidamente limpié por ella. —Papá... él siempre confía en mis hermanos. Hermanos —repitió. —No hermanas. No se fía de ninguna de nosotras. Le damos... si por él fuera, solo tendría hijos. —Me desvió la mirada —Ya sabes...
Gruñí, cuando ella me miró, tenía el ceño fruncido. — ¿Aquello de que las mujeres, somos el sexo débil?
Todas las diosas y semidiosas, miraron con enfado a Ares, pero él no se inmutó, y solo esperó a que su hija, siguiera leyendo.
Se encogió inconscientemente, y yo la abracé, mientras ella suspiraba. —No importa lo que sus hijas hagamos. Él siempre nos va a menospreciar. Hay una historia, que todas las hijas sabemos, porque nuestros hermanos, se burlan de nosotras y es que... en los años 30, papá le encomendó a Agatha Schwarz, robarle al tío Hefesto, un arma que mi padre le había pedido, pero que él jamás le entregó. Nadie sabe qué le pasó exactamente a Agatha, pero fracasó. Desde entonces, papá no se fía de ninguna de nosotras y... —Cuando su voz se quebró, yo la abracé con fuerza. —Y.... cuando alguno de sus hijos, ha sido enviado a una misión, casi siempre han triunfado, y.... en Ares... agradece que no seas su hija, Percy. Si no fuera, porque nos entrenamos a nosotras mismas y entre nosotras, todas las hijas de Ares, seriamos las esclavas y muchachas de limpieza y servicio, de nuestros hermanos.
Sentí una gran rabia hacía Ares, tomé a Clarisse de los hombros, obligándola a mirarme. Se asustó un poco, ante la mirada que debía de tener. Le dije firmemente. —Encontraremos el Casco y el Rayo, juntas, los devolveremos. Y cuando estemos en el Empire State, ante todos los dioses, entonces Ares no tendrá más opción, que agradecerte, por... —Mis ojos se abrieron.
— ¿Qué pasa? —me preguntó, algo recuperada. Pero preocupada, por la expresión de mi rostro.
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Leyendo: La Última Hija del Mar (Fem-Percy Jackson x Harem)
FanficCuando la II Guerra Mundial finalizó, antes de que Zeus, Poseidón y Hades, pudieran jurar no volver a tener hijos; los dioses recibieron un libro sobre una heroína y tuvieron el mandato de leerlo. ¿Qué encontrarán? Fem-Percy Jackson x Harem.