Capítulo 37: Captura la Bandera

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Las Crónicas del Campamento Mestizo, fue escrito por Rick Riordan.


La Última Hija del Mar

—El Capítulo 37, se titula: Captura la Bandera —leyó Thalía. Con eso, ella entregó el libro a su primo Nico.


Thalía gritó: — ¡Equipo azul! ¡Seguidme! —Todos estallaron en vítores y la siguieron. Tuve que apresurarme para darles alcance y tropecé con el escudo de otro chico. En resumen: no parecía demasiado una Co-capitana. Más bien una idiota.


Hera y Anfitrite gimieron. Todos las miraron y el resto de deidades y semidioses, gimieron en voz alta, haciendo sonrojar a las chicas y a sus padres.


***

Situamos nuestra bandera en lo alto del Puño de Zeus: un grupo de rocas en mitad de los bosques del oeste que, visto desde cierto ángulo, parece un gigantesco puño surgido de las entrañas de la tierra. Si lo miras por el otro lado, parece un montón de excrementos de ciervo, pero Quirón no nos habría permitido que lo llamásemos Montón de Mierda, sobre todo después de haber sido bautizado ya con el nombre de Zeus, que no tiene demasiado sentido del humor.


Los hijos de Cronos y Rea (excepto Zeus), lanzaron una carcajada. Esa carcajada fue acompañada, por los espíritus de los hijos de Zeus (y los vivos también se burlaban)


En todo caso, era un buen lugar para situar la bandera. La roca más alta tenía seis metros y era bastante difícil de escalar, de manera que la bandera quedaba bien visible, tal como establecía el reglamento, sin que importara demasiado que los centinelas no pudieran permanecer a menos de diez metros de ella.


—Es una buena estrategia —aprobó Atenea, sonriente. —Será difícil alcanzar la bandera, pero está a la vista.


—Katie, Miranda, Meg, Billie —las cuatro hijas de Deméter me miraron. — ¿Podrían por favor, formar un circulo de Hiedra Venenosa y Cactus espinosos, alrededor del Puño de Zeus? —Se miraron unas a otras, y sonrieron.


—Y la estrategia, no hace más que mejorar —chilló Atenea emocionada. —Entrega, primo —Nico la miró por un instante y le pasó el libro, aclarándose la garganta, siguió la lectura.


Thalía se colocó a mi lado. — ¿Qué planeas, exactamente?

—Que no se acerquen al Puño de Zeus —dije yo, con cierto toque de obviedad. —Silena, —ella me miró. — ¿No cuentan ustedes, con una especie de explosiones de energía rosa?

Silena hizo una mueca, y asintió. —Valentina, James, Mitchell —las dos niñas y el niño de Afrodita, asintieron y se prepararon para hacer su parte con las explosiones, que yo decía.

—Tomen los árboles, junto a los hijos de Apolo —ordenó rápidamente Thalía, y sonó el cuerno de que habíamos comenzado el juego. Nico no perdió de vista a Will, mientras que sus hermanos y él mismo, junto a los hijos de Afrodita, escalaban los arboles con dardos de cuerda o con flechas que tenían cuerdas atadas.


Atenea y sus hijos presentes, veían lo que se venía, con ojos brillantes de emoción: Una derrota absoluta de las Cazadoras de Artemisa. —Atacarán desde las alturas, con flechas y aquellas explosiones. Muy buen plan, sin olvidar la hiedra venenosa y que Thalía puede usar el viento y los rayos. Penny tiene el agua del arroyo y el terremoto.

Leyendo: La Última Hija del Mar (Fem-Percy Jackson x Harem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora