Capítulo 10: Recibimos consejo de un Caniche.

594 45 0
                                    

Las Crónicas del Campamento Mestizo, fue escrito por Rick Riordan.


Hades trajo el alma de Winston Churchill, y le explicó lo que leería. — ¿Un libro de una hermana?, ¡seguro que sí, tío Hades! —El alma del ex – presidente e hijo de Poseidón, tomó el libro. —Capítulo 10: Recibimos consejo de un Caniche. —leyó. Todos miraron a las involucradas, pero ninguna de ellas, dijo ni una palabra.


Estábamos muy mal esa noche.

Acampamos en el bosque, a unas cien yardas de la carretera principal, en un claro pantanoso del bosque que los niños de la localidad habían usado obviamente para fiestas. El suelo estaba lleno de latas de refresco aplastadas y envoltorios de comida rápida.


—Qué asco —dijeron Afrodita y sus hijas.


Habíamos tomado un poco de comida y algunas mantas de la Tía M, pero no nos atrevíamos a encender un fuego para secar la ropa húmeda. Las Furias y Medusa habían proporcionado suficiente emoción por un día. No queríamos atraer otra cosa.


—Exactamente y para una misión —dijo Poseidón.

—Papá —el nombre, surgió de los labios de Penélope, como una risa. ¿Realmente pensaba su padre, que era suficiente por un día?


Dormimos por turnos. Me ofrecí para tomar la primera guardia.

Clarisse se acurrucó en las mantas, apoyó su cabeza, en un árbol, y estaba roncando muy pronto. Grover se quitó sus zapatos-pies, puso su espalda en el tronco, y se quedó mirando el cielo nocturno. —Adelante, duerme. —le dije. —Te despertaré si hay problemas. —Grover me miró largo y tendido, hasta que volvió a mirar la Naginata, asintió apenas y cerró los ojos.


—Tienes que confiar más en mí, Chico-Cabra. —Dijo Penny.

—Confío en ti, pero desconocía, que eras tan... buena, con las armas, hasta ese momento —dijo el Sátiro.


Pero no se durmió. —Me entristece, Penny.

— ¿Qué? —Creí que se estaba arrepintiendo— ¿El hecho de que te sumaste en esta estúpida búsqueda?

—No. Esto me pone triste. —Señaló a toda la basura en el suelo. —Y el cielo. No puedes incluso ver las estrellas. Han contaminado el cielo. Este es un momento terrible para ser un sátiro.

—Oh, sí. Supongo que serías un ecologista.


Deméter y Perséfone, la miraron con enfado. Ella, rápidamente levantó las manos, en defensa.


Me miró con el ceño fruncido. —Sólo un humano no lo sería. Tu especie está destruyendo el mundo tan rápido...ah, no importa. Es inútil dar lecciones a un humano. —Agachó la mirada, y suspiró entristecido. —Al ritmo que van las cosas, nunca encontraré a Pan.

— ¿Pan? —Pregunté extrañada, claramente no hablaba del alimento. — ¿Igual que el alimento?



Varios se rieron de la inocencia de la rubia de ojos azules, quien se sonrojó. —Tendría que haberte dado, algunas clases más... profundas, sobre la mitología griega, cariño —dijo Poseidón, quien también reía.

Leyendo: La Última Hija del Mar (Fem-Percy Jackson x Harem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora