Leyendo: La Última Hija del Mar (Fem-Percy Jackson x Harem)

Capítulo 48: Los Logros de Clarisse

Las Crónicas del Campamento Mestizo, fue escrito por Rick Riordan.

La Última Hija del Mar

Penny leería el capítulo. —El siguiente capítulo se titula: Los Logros de Clarisse. —La hija de Ares, se sonrojó, ante el título y miró mal a su novia, quién solo le enseñó una sonrisa de amor.

No sé cómo lo hice, no sé cómo lo logré, pero en un solo día: convencí a Artemisa de que yo verdaderamente, requería de permanecer en la escuela, hasta el comienzo del verano, para pasar mis estudios.

Atenea bufó y Artemisa la miró con el ceño fruncido. —Obviamente es importante el estudio y el aprendizaje, ¿Cómo se te ocurre a ti, querer sacarla de la escuela, cuando ni siquiera ha comenzado el verano, para que ella venga al Campamento?

Pero Artemisa estaba tanto cruzada de brazos, como de piernas. —Pues como se supone, que "algo malvado" o "negativo", estaba pasando en el Campamento, por eso deseé traerla.

Logré mantenerme, entre los diez mejores, sin ningún otro problema o peligro, como el de las Empusas y agradecía mucho, tener cerca a Rachel, quién me advertiría si acaso veía, alguna criatura mitológica.

—Rachel, claro —gruñó Artemisa por lo bajo, mientras que su novia, le esquivaba la mirada.

(...) Además, sabía que Arti estaría cerca de mí, vigilando y cuidándome. Probablemente, se relevaría en turnos, con Zoë, Thalía e incluso Bianca, para vigilárme, mantenerme a salvo y (solo si la situación escalaba) llevarme al Campamento a rastras, si era necesario y únicamente, como recurso de última hora.

—Es una buena opción, además de que estás manteniendo los ojos abiertos —dijo Ares.

Una de aquellas noches, recuerdo que soñé con Clarisse:

Clarisse se sonrojó. Pero agitó su cabeza, intentando no sugestionarse y mantener la concentración, en lo que contaba su novia. En lugar, de hacerse ideas falsas, con respecto a sueños, subidos de tono.

Por un muy buen motivo, el libro estaba omitiendo sus momentos de cariño.

Ella estaba redescubriendo la entrada al Laberinto de Dédalo, que quedaba a unos metros de su casa y viendo surgir de la entrada, a un escuadrón liderado por Chris Rodríguez, de quien logró protegerse, con su escudo. Ella pudo esquivar la espada de otro y chocar la punta de su lanza, contra la espada de un tercero, electrocutando al sujeto, antes de golpear a Rodríguez con su escudo, en toda la cara. Y clavarle la lanza en el cuello.

Tomó la espada de Rodríguez, quién ya estaba en el Estudio de Grabación El Otro Barrio, y degolló al que había aturdido al golpearlo con el escudo.

Rodó por el suelo, esquivando la espada del segundo y luego levantó su escudo, el cual chocó con la espada de este rival y la empujó, alejando al legionario, quién avanzó hacía Clarisse, con quién chocó espadas, antes de que ambos dirán un paso atrás y volvieran a cargar al frente, chocando espadas o chocando espada con escudo, sin que pareciera haber ninguna ventaja, para ninguno de los dos.

Clarisse retrocedió, cuando el legionario intentó dar un golpe con la espada, agarrándola con ambas manos y ella pudo herirlo en el hombro, haciéndolo gruñir de dolor y mandarme una patada, directo a su pierna, haciéndola caer hacía atrás, sobre su espalda.

Creyendo que la tenía a su merced, mi chica de la guerra giró hacia su derecha, esquivando la espada de su rival y levantó su escudo, para detener un nuevo embate de su enemigo, antes de clavarle la espada en la pantorrilla y luego lanzarle un gancho ascendente, golpeando el borde del escudo, contra la barbilla del traidor, mandándolo al suelo y sin mediar palabra, ni tentarse al corazón, lo degolló.

Por mi parte, yo no podía estar más orgulloso de mi chica de la guerra.

Artemisa y las Cazadoras, lanzaron un grito de júbilo, ante el logro de Clarisse.

Ares comenzó a aplaudir emocionado, al escuchar que Clarisse logró derrotar a cuatro enemigos (hombres), ella sola.

Fue a despedirse de su madre, empacó tres mudas de ropa, comida, botellas de agua y volvió a dónde estaban los cadáveres, registrando cada uno de ellos, hasta encontrar algo que la hizo sonreír.

Yo no sé el cómo lo supe. Pero lo supe: se trataba del Hilo de Ariadna.

Eso asombró a más de uno, especialmente a Dionisio, quién no podía creérselo.

Lo cual daba dos posibilidades: O ese sujeto era un semidiós hijo de Ariadna o era un legado de ella.

Clarisse ingresó en el Laberinto de Dédalo, sin miedo. Gracias al hilo de Ariadna, ella no se perdería y lo que era mejor: encontraría el camino al Campamento, sana y salva.

Eso me alegró mucho.

Yo por mi parte, me comprometí a continuar mi entrenamiento en secreto y a dar por concluidos mis estudios, antes de dirigirme nuevamente, al Campamento.

Necesitaba hablar con Beckendorf, para que construyera explosivos, ahora que teníamos un hilo de Ariadna a nuestra disposición, podría ingresar y salir en cada entrada y salida del Laberinto y hacerlas detonar, (...)

— ¡¿REALMENTE PLANEAS, DESTRUIR SEMEJANTE MONUMENTO ARQUITECTÓNICO E INGENIERÍA?! —chilló Atenea horrorizada.

— ¿Debo entender por tus palabras, que deseas, que nuestros enemigos lo utilicen a conveniencia, para destruir el Campamento, Atenea? —fue la pregunta de Hera, cruzándose de brazos y piernas, de forma muy elegante y con una mirada de "enfado maternal". Pero Atenea no contestó, solo se sonrojó.

(...) antes de que los traidores restantes, intentaran usarlo con el propósito de lanzar un ataque coordinado y sorpresa, sobre el Campamento Mestizo.

Finalmente, luego de lo que fueron dos meses completos, pero ahora sin problemas, ni ataques mitológicos, logré acabar otro año educativo.

¡Me gradué con honores! Y ahora sí: podía volver al Campamento, cuanto antes.

Nuevamente, Arti me esperaba. Saldríamos en la noche, usando su Carro Lunar, luego de avisarle a mi madre y a Paul.

Poseidón sabía, que no podía ponerse celoso de que una amante suya, tuviera un novio, pero él era... distinto. Era como Hades: enamorándose de sus amantes, hasta que dolía. Él tomó el libro. —Capítulo 3: Llamada desde el Inframundo.