Capítulo 11: Huyendo de la trampa.

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Las Crónicas del Campamento Mestizo, fue escrito por Rick Riordan.

Winston, le pasó el libro a la rival de su padre: Atenea, quien lo tomó, y miró el título del siguiente capítulo. —El siguiente capítulo, es el #11 y se titula... —Sus ojos se abrieron. — "Huyendo de la trampa".


Pasamos dos días en el tren desde Amtrak, dirigiéndonos hacia el oeste a través de las colinas, sobre ríos, pasando ondas de granos color ámbar.

No fuimos atacados ni una vez, pero no me relajé. Sentí que estábamos viajando dentro de una vitrina, siendo observados por algo desde arriba y quizás desde abajo. Ese algo estaba esperando la oportunidad adecuada.


Los dioses hicieron una mueca, pero nadie dijo nada.


Cuando encontré oportunidades para dormir, soñaba con mi padre (el rubio y de veintidós o algo así); enfrentándose a distintos enemigos, y usando ataques con su tridente. Por ejemplo: su ataque Anfitrite, en el cual lanzaba una serie de veloces estocadas, atacando a las piernas, hombros, pecho y cabeza de su enemigo.

Su ataque Quíone Tiro Deméter, salta en el aire y posteriormente, usando su tridente comienza a lanzar una ráfaga de ataques sobre su enemigo.


—Claramente, está soñando con el Poseidón del otro universo —dijo el dios de los mares, cuando todo el Consejo Olímpico lo miró fijamente, pues él no era de los que les ponía nombres a los ataques. —Aun así, parece interesante. —Se puso de pie. — ¡Anfitrite! —Y empezó a lanzar una serie de veloces estocadas. Que, aunque Poseidón era un gran rey marino, y uno de los dioses más poderosos, a causa de las ropas de pescador, lo hacían verse ridículo.

—Voy a empezar a llamarte Papá Poseidón, y a él, Papá Neptuno —declaró Penélope sonriente. Entonces, miró a Winston, para que siguiera leyendo y su padre dejara de hacer el ridículo. —Hermano, por favor.


Entonces, mi sueño se vio interrumpido. Fue como si alguien se robara la señal de un canal de televisión y cambiaran a otro.

Me vi ante un gran pozo y una voz surgió desde el fondo. —Ayúdame. Ayúdame a ascender, pequeña —dijo una voz antigua y maligna. —Tráeme el casco. Tráeme el rayo. Los dioses no son de fiar. Reinarás en la nueva era, junto a mi sirviente.


—No es el tío Hades —dijo Atenea palideciendo. —Él siempre aparece en su forma... física y sentado en un trono.

— ¿Por qué solo llevarle mi voz, en lugar de presentarme físicamente, en mi trono? —Hades estuvo de acuerdo, con su sobrina. —Además: El robo del símbolo de la reina del drama y el mío, ocurrió muchos meses antes, de que la princesa supiera de la existencia de nuestro mundo, y de la existencia del Cabeza de Algas, que tiene por padre. —Todos asintieron. Poseidón miró con enfado a su hermano.

Finalmente, Poseidón y Zeus, se dieron cuenta de la posible identidad del sujeto. Ambos palidecieron. —No. No puede ser él.


Pero yo me esforcé, nuevamente tomé el control del sueño, mientras que lo escuchaba insultarme, y lo iluminé todo, pero él, se "desconectó", del enlace del sueño, causando que yo me despertara lentamente. Sentí una presencia a mi derecha, y vi a quien debía de ser su sirviente. Mis ojos se abrieron, al ver quién era.

No. No podía ser él. No podía estarnos traicionando.


— ¿Quién fue? —preguntó Artemisa, mirando a Penny. — ¿Quién robó los Símbolos de Poder? —Pero Penélope solo le enseñó una sonrisa, y señaló el libro. La diosa de la caza miró enfadada a su futura esposa, y se cruzó de brazos.

Leyendo: La Última Hija del Mar (Fem-Percy Jackson x Harem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora