Las Crónicas del Campamento Mestizo, fue escrito por Rick Riordan.
La Última Hija del Mar
Poseidón, le pasó el libro a su hermana Hestia, quien estaba levantando la mano y agitándola, para ser elegida, como la próxima lectora. Se aclaró la garganta y leyó el título. —Capítulo 4: Jugamos con Escorpiones, al corre que te pillo.
Volver al Campamento, fue maravilloso para mí. Aunque se me hacía sorprendente, el que mi mejor amigo, ahora fuera el Dios de lo Salvaje.
— ¡Hey! —se quejó Grover.
Penny le enseñó una sonrisa. —No lo decía de esa forma, Grov. Solo que todavía, no me hacía a la idea, de estar junto a un Dios, que pisara tierra firme y conviviera conmigo en el Campamento, en lugar de estar sentado en su trono en el Olimpo todo el tiempo o en alguno de los templos del Monte. —Explicó ella.
Me sorprendía bastante, el ver por tres años consecutivos, a las Cazadoras por el Campamento. Pues según lo que escuchamos y las conversaciones del año pasado, cuando fuimos a sacar a mis primos de su escuela militar, ellas suelen estar de viaje, por todo el país, no tan estacionadas.
Sin lugar a dudas, las cosas estaban más calmadas ahora, luego del asunto del año pasado en el Monte Temalpais: Hacer volar el monte, con los cañones, arrasar al ejercito de monstruos y semidioses con el mismo estilo.
Los dioses entristecieron, al recordar lo que pasó con tantos semidioses, traidores, que, en un futuro, morirían. Por eso era que estaban leyendo estos libros: para buscar sus fracasos, ganarse a los Campistas desde sus corazones y que no los traicionaran. Evitar las muertes de sus hijos y claramente, junto a Hera, Atenea y Zeus, ya tenían un plan.
Volver al Campamento, me sentó bien. El Campamento se veía vivo.
Las hijas de Afrodita se peinaban en el lago.
Las Cazadoras competían con los hijos de Ares, en el baloncesto.
Habían combates de esgrima y lanza.
Al día siguiente, durante el desayuno, había mucho revuelo en el comedor:
Al parecer, a las tres de la madrugada se había localizado un dragón etíope en la frontera del campamento. Yo estaba tan exhausta que había seguido durmiendo pese al alboroto, cuando desperté en la mañana, una sonrisa divertida se instaló en mi rostro, al encontrar a Clarisse y a Artemisa, abrazándome, no parecían sorprendidas al despertar en la Cabaña de Poseidón.
Cuando algunos semidioses y dioses (como Apolo y Hermes), comenzaron a silbar sugerentemente, Artemisa frunciendo el ceño, chasqueó sus dedos y los transformó a todos en Jackalopes.
La diosa de la Caza, se ganó un beso de su novia, haciéndola reír.
Los límites mágicos habían mantenido al monstruo a raya, pero éste siguió merodeando por las colinas intentando encontrar algún punto débil en nuestras defensas y no pareció dispuesto a marcharse hasta que Lee Fletcher, de la cabaña de Apolo, y dos de sus camaradas se pusieron a perseguirlo. Cuando el dragón tuvo una docena de flechas alojadas en las grietas de su armadura, captó el mensaje y se retiró.
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Leyendo: La Última Hija del Mar (Fem-Percy Jackson x Harem)
FanfictionCuando la II Guerra Mundial finalizó, antes de que Zeus, Poseidón y Hades, pudieran jurar no volver a tener hijos; los dioses recibieron un libro sobre una heroína y tuvieron el mandato de leerlo. ¿Qué encontrarán? Fem-Percy Jackson x Harem.