Me encontraba acostada en mi cama mirando hacia el techo pensando en cómo había cambiado mi vida en tan poco tiempo. Desde hace un mes un señor llamado Albus Dumbledore llegó a mi casa para decirles a mis padres que yo era muy especial, es decir, la respuesta de todo lo extraño que me había pasado durante este tiempo. Cuando nos contó que era una maga mis padres al principio no lo creyeron, sin embargo, después de varias aclaraciones y demostraciones pudieron creer en todo lo que estaban diciendo.
Desde ese entonces, mis padres tuvieron que sacarme de mi colegio poniendo las excusa de que me iban a enviar a un internado en Escocia, menos mal que no tenía amigos porque eso significaba dar más explicaciones.
- ¡HERMIONE BAJA QUE YA NOS VAMOS! – me gritó mi madre desde la planta baja. Hoy iríamos al Callejón Diagon donde según Dumbledore es un sitio donde los magos compran sus cosas para el colegio.
- ¡YA VOY! – le respondí
Me levanté rápidamente de la cama y me fui al espejo. Estaba vestida con un jean azul con pequeñas roturas en las rodillas mientras que en la parte de arriba llevaba una camisa manga corta blanca cubierta con una chaqueta negra tipo de fútbol americano y todo esto estaba acompañado por unos converse blancos. Rápidamente me hice una coleta y agarré mi bolso para bajar las escaleras rápidamente.
- Listo mamá ya podemos irnos – le dije mientras la veía cerca de la chimenea junto a mi padre.
- Ven Hermione utiliza este polvito que nos dio Dumbledore – me acerca un cuenco con un polvo gris.
- ¿Están seguros de esto? – les pregunté a mis padres con cara de duda.
- Claro que sí Mione, simplemente ponte debajo de la chimenea y agarra un poco del polvo – me respondió mi padre. Con un poco de temor avancé lentamente e hice lo que me indicó mi padre - Ahora solo di "Diagon" y tiras los polvos
- Pero... ¿Mamá y tú no van a venir? – les pregunté con temor
- Claro que sí hija, pero tenemos que hacer esto uno por uno – me respondió mi madre con una pequeña sonrisa. Asentí con la cabeza y tiré todo el aire que tenía retenido.
- ¡DIAGON!
En un abrir y cerrar de ojos me encontraba en una calle con bastante gente y pequeñas tiendas donde la gente salía y entraba con muchas cosas en manos: lechuzas, libros, ropa y baritas. Estaba caminando mientras miraba todo con fascinación, pero no me di cuenta de que choqué con alguien y caí al suelo.
- Lo siento, iba tan distraído mirando mi pergamino que no te vi – me dijo una voz varonil mientras me ofrecía su mano para ayudarme a levantarme, la cual accedí.
- No, fue mi culpa, iba tan distraída mirando las tiendas que no vi por donde iba – respondí mientras sacudía un poco mi pantalón.
- Soy Draco Malfoy
En ese momento subí la mirada y me encuentro a un chico con una piel brillante y blanca con cabello rubio platinado que estaba perfectamente peinado hacia atrás con gelatina, mientras que sus ojos eran tan grises y brillantes como la luna. Reaccioné inmediatamente al percatarme que me ha tendido su mano.
- Soy Hermione Granger – Le correspondí el saludo. Mis ojos se desviaron al pergamino que tenía en su mano y observé que tenía el sello y logo de Hogwarts – ¡OH! ¿Es tu primer año en Hogwarts?
- Sí, estaba viendo que cosas me faltaban en la lista para comprar ¿Por qué, tú vas a ir? – me mira esperanzado de que la respuesta fuera positiva
- ¡SÍ! – respondí alegremente – Es mi primer año, estoy esperando a mis padres para poder comprar lo que nos pidieron
- ¡Genial, ya tengo una amiga!
- ¡DRACO VEN, YA NOS VAMOS! – le gritó una voz. Los dos volteamos y observamos a una figura adulta con piel blanca y brillante como la de él y el cabello castaño claro con algunos mechones rubios, sin embargo, lo que más resaltaba eran sus ojos azules.
- Me tengo que ir, mi madre me llama – me señala a la mujer de atrás – Espero volver a verte Hermione.
- Claro que sí Draco, ya nos veremos nuevamente – le dediqué una pequeña sonrisa, Draco me la devolvió y se dio media vuelta para salir corriendo donde se encontraba su madre.
Desde ese día guardo en mi memoria este hermoso momento donde él y yo nos conocimos y formamos un lazo que la gente jamás entenderá, pero al mismo tiempo nos traería problemas en un futuro...
ESTÁS LEYENDO
𝒜𝓂𝑜𝓇 𝒮𝑒𝒸𝓇𝑒𝓉𝑜
RomanceUna leona y una serpiente. Enemigos de sangre. Un amor prohibido. Una historia totalmente diferente. "𝘚𝘰𝘭𝘰 𝘭𝘢 𝘭𝘶𝘯𝘢 𝘴𝘢𝘣𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘮𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘩𝘦𝘮𝘰𝘴 𝘷𝘪𝘷𝘪𝘥𝘰 𝘺 𝘭𝘢𝘴 𝘷𝘦𝘤𝘦𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘩𝘦 𝘴𝘶𝘴𝘱𝘪𝘳𝘢𝘥𝘰 𝘱𝘰𝘳 �...