CAPÍTULO XXX - TRATANDO DE ESCAPAR

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-          ¿Harry, estás seguro? — le pregunté, aún agitada por la carrera y las escaleras que subíamos a toda prisa

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- ¿Harry, estás seguro? — le pregunté, aún agitada por la carrera y las escaleras que subíamos a toda prisa.

- Lo vi. Igual que con el señor Weasley. Es la misma puerta que he soñado varias veces. No recordaba dónde la había visto — continuaba sin detenerse, con la respiración entrecortada mientras subía los escalones, arrastrándonos detrás de él — Sirius dijo que Voldemort busca algo... algo que no obtuvo la última vez. Está en el Departamento de Misterios.

- ¡Por favor, escucha! — le grité, tomándolo de la mano para detenerlo, aprovechando que la escalera estaba momentáneamente quieta — ¿Y si Voldemort quiere que veas eso? Si lo que busca es torturar a Sirius, ¿por qué quiere que tú llegues allí? – Trataba de hacerle entender que lo que planeaba hacer era extremadamente peligroso, sobre todo sin haber comprobado si lo que había visto era cierto. Me preocupaba que todo fuera una trampa, una maniobra para jugar con la vida de Harry y llevarlo directo hacia la muerte.

- No hay diferencia. ¿Debo dejar que muera? — respondió con una mirada fija, llena de determinación, sabiendo que con esa expresión no podía hacerle cambiar de opinión — Hermione, es la única familia que me queda.

- ¿Y ahora qué? — preguntó Ron.

- Hay que usar la Red Flú —respondió rápidamente, mientras comenzaba otra vez a subir las escaleras a toda prisa.

- ¡Pero Umbridge tiene todas las chimeneas vigiladas! — exclamé, apresurándome a seguirle el paso.

- La suya no

Subimos hasta la oficina de Umbridge, y Harry, con rapidez, abrió la puerta con un Alohomora. Al entrar, el ambiente nos golpeó de inmediato: todo estaba cubierto con tonos rosados, tan empalagoso que resultaba casi insoportable. El lugar estaba decorado con miles de cuadros de gatos, lo cual hacía que todo pareciera aún más incómodo.

- Alerten si pueden a la Orden —dijo Harry, mientras empezaba a lanzar el hechizo para usar la Red Flú.

- ¿Estás loco? ¡Iremos contigo! —dijo Ron, visiblemente preocupado.

- ¡Es muy peligroso! — respondí, con una mezcla de incredulidad y angustia — ¿Cuándo lo vas a entender? Estamos juntos en esto — le dije, con firmeza, mientras lo miraba directamente a los ojos.

- Eso es cierto — dijo una voz odiosa, la de Umbridge, lo que nos hizo girar rápidamente. La encontramos de pie, en el umbral de su oficina, con una sonrisa amarga que solo ella podía mostrar.

Los tres nos levantamos al instante, viendo cómo se apartaba para dar paso a su brigada inquisidora, que traía a nuestros amigos capturados. Cada uno de ellos estaba siendo sujetado por un Slytherin.

Automáticamente, los Slytherin nos rodearon, asegurándose de que ninguno pudiera moverse. Goyle intentó sujetarme, pero Draco, con una mirada fría, le dijo algo que hizo que Goyle retrocediera, claramente incómodo. Entonces, Draco se acercó y me sostuvo delicadamente, mientras Goyle se encargaba de Ron. A lo lejos, vi cómo Theo mantenía a Luna bajo control, Blaise sujetaba a Ginny sin pestañear y Pansy a Neville. El aire estaba tenso, y todos nos mirábamos, conscientes de lo que nos esperaba.

𝒜𝓂𝑜𝓇 𝒮𝑒𝒸𝓇𝑒𝓉𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora