CAPÍTULO XXXIII - SOSPECHAS

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-        ¿Cómo van las cosas en casa? — preguntó Harry mientras dejaba a un lado el periódico que estaba leyendo

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- ¿Cómo van las cosas en casa? — preguntó Harry mientras dejaba a un lado el periódico que estaba leyendo.

- Mal — respondí, bajando la mirada.

- ¿Tú...

- ¿Que si me he convertido en un Mortífago? — le interrumpí, anticipando su pregunta. Harry asintió lentamente, con desconfianza en sus ojos — No, Harry — respondí firme. Aun así, su mirada seguía llena de dudas, así que suspiré y levanté ambos brazos, mostrándole que no había ninguna marca — Tienes que confiar en mí. He pasado todo el verano en casa de mi abuela, lejos de... todo esto. Solo quería mantenerme alejada de ese mundo.

- Yo... — intentó decir, pero fue nuevamente interrumpido.

- ¿Harry Potter? ¿Quién es Harry Potter? —preguntó la camarera con curiosidad, mientras nos atendía en la discreta cafetería de una estación del metro casi vacía. Habíamos elegido este lugar precisamente para pasar desapercibidos.

- Ah... nadie, solo un tipo... un poco torpe —respondió Harry, tartamudeando ligeramente. Ella soltó una risita, mirándolo con una chispa divertida en los ojos mientras se mordía el labio

No podía creer lo que estaba presenciando: la camarera le coqueteaba abiertamente a Harry como si yo no estuviera allí, ignorándome por completo. Mi enfado aumentaba con cada sonrisa que ella le lanzaba. Miré a Harry con los ojos entrecerrados, incrédula por lo que estaba pasando justo frente a mí. Él, en cambio, solo parecía más nervioso con cada segundo que pasaba, claramente incómodo por toda la situación, pero sin saber cómo salir de ella.

- Qué extraño periódico, hace un par de noches juré que vi una foto moverse —comentó ella, mirando el periódico con curiosidad

"¿Par de noches?" pensé, sorprendida. Así que había venido más veces. Cada vez me ponía más molesta con esto. Harry había estado viniendo aquí sin decirme nada, y eso me descolocaba por completo. ¿Por qué no me lo había contado? No sabía si era celos lo que sentía, pero lo que estaba claro es que no me gustaba nada esa confianza que tenía con la camarera.

- ¿Ah, sí? —preguntó Harry nervioso, notando la expresión de enfado en mi rostro.

- Creí que estaba loca —respondió la camarera con una pequeña sonrisa.

Cansada de la situación, carraspeé fuertemente para llamar la atención de la camarera. Ella solo volteó a mirarme.

- ¿Deseas algo? — preguntó con desinterés, lo que solo aumentó mi incredulidad.

- Sí, la cuenta — respondí, manteniendo la calma, aunque mi tono era tajante. Pero antes de que pudiera añadir algo más, Harry interrumpió de forma inesperada.

- No hace falta — dijo Harry de manera inesperada, mientras se levantaba rápidamente — Mi novia y yo tenemos que irnos — comentó finalmente, dejando un par de billetes sobre la mesa. Sin perder tiempo, se acercó a mí, tomó mi mano con firmeza y, sin dudarlo, me guió hacia la salida.

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⏰ Última actualización: 6 hours ago ⏰

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