- Draco, te están sudando las manos —comentó Hermione, alzando una ceja con una mezcla de curiosidad y diversión.
- Es que... yo... —suspiré, frustrado. No quería admitirlo, pero Hermione siempre lograba que confesara lo que realmente sentía—. Estoy nervioso.
- ¿Draco Malfoy, nervioso? —replicó ella con incredulidad, dibujando una pequeña sonrisa burlona.
- Hermione, no todos los días tienes que conocer a un tío al que toda tu familia odia con tanta pasión que le desean la muerte... y que, para colmo, nunca has visto en tu vida —murmuré con un tono amargo.
Ella soltó una pequeña sonrisa, acercándose más a mí. Sentí el suave roce de su mano en mi mejilla, un gesto cálido y tranquilizador que hizo que mi corazón latiera un poco más lento. Su otra mano seguía aferrada a la mía.
- Todo va a salir bien, Draco — susurró Hermione, con esa calma que siempre parecía tener, incluso en los momentos más tensos — A diferencia del resto de tu familia, este es el único miembro que no intentará lastimarte ni lanzarte una maldición. Sirius no es como ellos — Asentí lentamente, esforzándome por esbozar una pequeña sonrisa, aunque mi mente seguía inundada de dudas.
Esta mañana, Hermione me había enviado una carta, informándome que Sirius quería verme y que deseaba conocerme en persona. Me pidió que la acompañara hoy, aprovechando que la clase de adivinación se había cancelado.
En cuanto leí la carta, un nudo se formó en mi estómago, y mi mente se llenó de mil y una excusas para no ir. Pensé en fingir que estaba enfermo, en inventar cualquier motivo para evitar este encuentro. Pero, muy en el fondo, algo en mí quería conocerlo.
- Por cierto... ¿Dónde estamos exactamente? — pregunté, frunciendo el ceño mientras miraba a mi alrededor — Este lugar me resulta extrañamente familiar, pero no logro recordar por qué.
- Es el cuartel de la Orden del Fénix — respondió Hermione con naturalidad, como si fuera algo que ya debería sabe r — Te lo mencioné antes. Es el mismo lugar donde estuvimos la semana antes de que comenzaran las clases.
- ¿Estás segura de que no hay nadie más aquí aparte de Sirius? — pregunté en un susurro mientas mis ojos recorrían cada rincón del lugar.
- Segurísima — me aseguró Hermione, ofreciéndome una sonrisa tranquilizadora — Los Weasley están en la Madriguera, y los demás están ocupados en el Ministerio. Este es el momento perfecto para que te encuentres con él sin interrupciones.
- ¿Él sabe que estoy aquí? — inquirí, aun sintiendo una punzada de duda en mi interior.
- Por supuesto. ¿Por qué crees que insistí tanto en que vinieras hoy? — respondió Hermione con una mirada cómplice antes de girar el pomo de la puerta y abrirla.
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𝒜𝓂𝑜𝓇 𝒮𝑒𝒸𝓇𝑒𝓉𝑜
RomanceUna leona y una serpiente. Enemigos de sangre. Un amor prohibido. Una historia totalmente diferente. "𝘚𝘰𝘭𝘰 𝘭𝘢 𝘭𝘶𝘯𝘢 𝘴𝘢𝘣𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘮𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘩𝘦𝘮𝘰𝘴 𝘷𝘪𝘷𝘪𝘥𝘰 𝘺 𝘭𝘢𝘴 𝘷𝘦𝘤𝘦𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘩𝘦 𝘴𝘶𝘴𝘱𝘪𝘳𝘢𝘥𝘰 𝘱𝘰𝘳 �...