Una leona y una serpiente.
Enemigos de sangre.
Un amor prohibido.
Una historia totalmente diferente.
"𝘚𝘰𝘭𝘰 𝘭𝘢 𝘭𝘶𝘯𝘢 𝘴𝘢𝘣𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘮𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘩𝘦𝘮𝘰𝘴 𝘷𝘪𝘷𝘪𝘥𝘰 𝘺 𝘭𝘢𝘴 𝘷𝘦𝘤𝘦𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘩𝘦 𝘴𝘶𝘴𝘱𝘪𝘳𝘢𝘥𝘰 𝘱𝘰𝘳 �...
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Hermione y yo estábamos en el baño de los perfectos, el lugar ideal para hablar sin interrupciones. Al regresar a Hogwarts, le había enviado una lechuza para coordinar nuestro encuentro, ya que tenía algo importante que mostrarle, algo que había encontrado en mi casa durante las vacaciones.
Aprovechando que mis padres estaban ocupados con eventos sociales y fuera de la casa la mayor parte del tiempo, decidí indagar en su estudio. Sabía que podría enfrentarme a problemas si me descubrían, pero la idea de encontrar algo que nos ayudara a terminar con el compromiso me motivaba demasiado. Pasé horas revisando estantes, cajones y papeles, hasta que, mientras movía unos libros en la gran biblioteca, noté un sobre bien escondido entre ellos.
Al abrirlo, me encontré con un contrato; y aunque apenas lo hojeé, reconocí enseguida la caligrafía y los sellos de mis padres. Mi corazón latía con fuerza mientras me sumergía en el contenido, notando al instante que este documento contenía términos específicos del compromiso que unía a Draco y a mí.
- ¿Qué encontraste? — preguntó Hermione, con una mezcla de tensión y curiosidad reflejada en su rostro— Si me pediste que nos viéramos aquí, debe ser algo importante — Solté un suspiro y saqué el sobre blanco de mi túnica, sosteniéndolo con cuidado para que pudiera verlo.
- Encontré esto en casa —dije, observando cómo sus ojos se agrandaban con sorpresa. Sabía que no se lo esperaba.
- ¿Es... lo que creo que es? —tartamudeó, mirándome con incredulidad.
- Es el contrato que, según creo, podría poner fin al compromiso entre Draco y yo – confirmando lo que estaba pensando. Le extendí el sobre, y ella lo tomó con las manos ligeramente temblorosas, sin apartar la vista del documento. — Lo leí por completo e hice algunas anotaciones —le expliqué— pero quería que tú también lo revisaras. Eres tan detallista que probablemente notes algo que se me haya pasado — Ella parpadeó, todavía sorprendida, mientras examinaba el sobre en sus manos.
- ¿Cómo...? —murmuró, sin apartar los ojos del sobre.
- ¿Cómo lo encontré? — completé, y ella asintió, aún absorta en lo que sostenía. Me permití una pequeña sonrisa antes de explicarle — Aproveché que mis padres estaban distraídos con compromisos sociales. Cada vez que salían, me metía en su estudio. Pasé varios días buscando en distintos lugares, revisando todo lo que se me ocurría. Y un día, mientras exploraba entre montones de libros, encontré este sobre escondido entre ellos. Al leer el contenido, supe de inmediato que era lo que estábamos buscando — Hermione sonrió, finalmente alzando la vista para mirarme. — "El que persevera, vence" —murmuré con una risa, y ella se unió, riendo también.
- ¡Chicas! ¿Están aquí? — nos interrumpió una voz conocida que resonó en el silencio.
Nos miramos, confundidas de que Blaise estuviera buscándonos aquí. Pocas personas conocían nuestro punto de encuentro en el baño de los prefectos; solo Draco, Theo y el propio Blaise sabían que este era nuestro refugio, el sitio donde Hermione y yo podíamos hablar con libertad de cualquier tema. Ellos siempre respetaban nuestro espacio, afirmando que no tenían interés en "cosas de chicas" y que era mejor no interrumpirnos.