Desde aquel día, todo en Hogwarts parecía envuelto en una niebla gris. Los pasillos, normalmente llenos de risas y conversaciones, ahora estaban impregnados de un ambiente de tristeza y miedo que parecía inquebrantable. El eco de la pérdida de Cedric Diggory resonaba en cada rincón, afectando a todos por igual.
Ahora, nos encontrábamos en el Gran Comedor, que había sido transformado para un acto conmemorativo en honor a Cedric. Las usuales decoraciones coloridas habían sido reemplazadas por banderas negras. Todos guardaban silencio, esperando a que el director hablara. Dumbledore parecía pensativo, como si estuviera eligiendo cuidadosamente las palabras adecuadas. Sin embargo, después de un par de minutos, finalmente se levantó para hablar.
- Hoy sentimos una terrible pérdida. Cedric Diggory eran como saben... un trabajador inalcanzable, infinitamente honesto y... lo más importante... un fiel amigo — comenzó Dumbledore mientras recorría con la mirada cada rostro en la sala, asegurándose de captar la atención de todos. — Por tanto, tienen derecho a saber cómo murió... — Sentí a Harry tensarse a mi lado, y sin pensarlo, tomé su mano, intentando ofrecerle algo de consuelo. — Sí... ¡A Cedric Diggory lo mató... Lord Voldemort! — exclamó con firmeza, decidido a no ocultar la verdad. — El Ministro de magia no quería que se lo dijera, pero él no hacerlo lo considero un insulto a su memoria... — Sabíamos bien a qué se refería. El Ministerio había estado desacreditando a Harry desde ese día, llenando el aire con mentiras y excusas para evitar que el pánico se desatara. — El intenso dolor que sentimos ante esta pérdida me recuerda... NOS recuerda... que, aunque venimos de diferentes lugares y hablamos diferentes lenguas... nuestros corazones laten como si fueran uno solo — Dumbledore continuó. Instintivamente, miré hacia una cabellera rubia al otro lado del comedor, quien también me estaba mirando intensamente — Dado estos sucesos lo lazos de amistad que hemos formado este año, serán mas importantes que nunca, recuerden esto y... Cedric Diggory no habrá muerto en vano... Recuerden esto... y honraremos a un chico que fue justo y honesto... valiente y fiel hasta el último momento — concluyó Dumbledore.
El Gran Comedor quedó sumido en un silencio absoluto, roto solo por el suave sonido de lágrimas cayendo y los suspiros entrecortados de aquellos que no podían contener su dolor. Tras un minuto de silencio, todos nos levantamos en silencio, abandonando el comedor con pasos pesados y miradas perdidas.
Les dije a los chicos que necesitaba un momento a solas, así que, sin dudarlo, me dirigí al lago, mi lugar de refugio, donde siempre encontraba un poco de paz.
Al llegar, mi mirada se posó en una figura solitaria con una cabellera rubia, de espaldas, contemplando el tranquilo paisaje del lago. Sabía que era Draco. De alguna manera, su presencia allí me resultó reconfortante, como si ambos estuviéramos buscando la misma calma en medio del caos que nos rodeaba.
- Draco... —murmuré su nombre con voz rota. Él se giró de inmediato al escucharme.
- Sabía que vendrías —dijo en un tono suave mientas me ofrecía una media sonrisa y abría sus brazos en un gesto que me invitaba a acercarme.
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𝒜𝓂𝑜𝓇 𝒮𝑒𝒸𝓇𝑒𝓉𝑜
RomansaUna leona y una serpiente. Enemigos de sangre. Un amor prohibido. Una historia totalmente diferente. "𝘚𝘰𝘭𝘰 𝘭𝘢 𝘭𝘶𝘯𝘢 𝘴𝘢𝘣𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘮𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘩𝘦𝘮𝘰𝘴 𝘷𝘪𝘷𝘪𝘥𝘰 𝘺 𝘭𝘢𝘴 𝘷𝘦𝘤𝘦𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘩𝘦 𝘴𝘶𝘴𝘱𝘪𝘳𝘢𝘥𝘰 𝘱𝘰𝘳 �...