Una leona y una serpiente.
Enemigos de sangre.
Un amor prohibido.
Una historia totalmente diferente.
"𝘚𝘰𝘭𝘰 𝘭𝘢 𝘭𝘶𝘯𝘢 𝘴𝘢𝘣𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘮𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘩𝘦𝘮𝘰𝘴 𝘷𝘪𝘷𝘪𝘥𝘰 𝘺 𝘭𝘢𝘴 𝘷𝘦𝘤𝘦𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘩𝘦 𝘴𝘶𝘴𝘱𝘪𝘳𝘢𝘥𝘰 𝘱𝘰𝘳 �...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- Esto es absurdo, seguir así y seremos los únicos sin pareja - dijo Ron de repente, mirando hacia atrás donde un grupo de chicas hablaba animadamente sobre el baile y con quién irían. Estábamos en clase con Snape, quien al ver que el pelirrojo estaba distraído y hablando, lo agarró de la cabeza y la giró hacia el libro frente a él - Bueno... nosotros y Neville - susurró a Harry, y ambos soltaron una pequeña sonrisa.
- Creo que no tiene sentido que practique más - siguió el chiste Harry, sabiendo que todo Gryffindor estaba al tanto de las interminables prácticas de baile de Neville.
- Tal vez no lo sepan, pero él ya tiene pareja - corté a ambos, cansada de sus comentarios.
Llevaban dos semanas sin parar de hablar sobre el baile. Todo el colegio estaba emocionado por el dichoso baile de Navidad, pero mis dos mejores amigos parecían esperar, con los brazos cruzados, a que las chicas los invitaran.
- Hermione... tú eres una chica - soltó Ron, un comentario tan absurdo que me hizo fruncir el ceño.
- Qué observador - respondí sarcásticamente.
- Ve con uno de nosotros - me dijo rápidamente antes de que Snape le golpeara con un libro para que se centrara en el trabajo. Cuando el profesor dio la espalda, Ron continuó - Cuando un chico va solo es vergonzoso, pero si una chica fuera sola... sería deprimente - me miró con desdén, lo cual me enfureció.
- No iré sola, porque, aunque no lo crean, ¡alguien me invitó! - respondí entre dientes, mirando fijamente al pelirrojo. No quería seguir allí, así que tomé el pergamino que acababa de terminar y se lo entregué al profesor. Cuando lo aceptó, recogí mis libros y me alejé rápidamente. - ¡Y le dije que sí! - añadí antes de marcharme.
No puedo creer que de verdad hiciera ese comentario. No es mi culpa que no tengan valor para pedirle ir al baile a una chica.
── ƑLASH ƁAƇƘ ──
Era el último día de clases. Mañana, todos volveríamos a casa. Draco y yo éramos plenamente conscientes de esto, así que decidimos aprovechar cada momento que nos quedaba juntos. Nos encontrábamos recostados bajo el mismo árbol, frente al apacible lago de Hogwarts. Sentía la calidez de Draco detrás de mí mientras admiraba el paisaje que irradiaba tranquilidad.
De repente, noté una mano pálida sosteniendo algo frente a mis ojos, interrumpiendo mi contemplación.
- ¿Y ese collar? - pregunté con curiosidad, apartándome ligeramente para mirar a Draco con sorpresa.
- Es solo... un pequeño detalle que quería darte antes de que nos marchemos - respondió Draco con sencillez, encogiéndose de hombros. - Déjame ponértelo para ver cómo te queda - Me giré para facilitarle la tarea y levanté mi cabello para que no le estorbara. Sentí el frío del collar metálico mientras escuchaba la respiración tranquila de Draco, concentrado en abrocharlo correctamente – Listo - dijo finalmente cuando terminó. Solté mi cabello y me giré para ver el objeto en mis manos.