CAPÍTULO X - EL BAILE

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-        ¿Esa no es Hermione? – preguntó Pansy mientras miraba como los cuatro campeones entraban al Gran Comedor donde se realizaba el baile de Navidad – Esta preciosa

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- ¿Esa no es Hermione? – preguntó Pansy mientras miraba como los cuatro campeones entraban al Gran Comedor donde se realizaba el baile de Navidad – Esta preciosa

- Si... - dije en susurro mientras mantenía mi mirada fija en ella, estaba completamente cautivado.

El vestido de Hermione emanaba una elegancia cautivadora en tonos de rosa, destacando su gracia y sofisticación. Con un escote en V que realzaba delicadamente su cuello y hombros, y mangas cortas y transparentes que añadían un toque etéreo, el vestido combinaba capas de volantes en degradado, desde un rosa pálido hasta un vibrante rosa fucsia. Un lazo rosa en la cintura acentuaba su figura, mientras su cabello recogido y su maquillaje suave completaban su deslumbrante apariencia.

- ¿¡Su pareja es Viktor Krum?! - exclamó Blaise, visiblemente sorprendido, mientras observaba cómo ambos se posicionaban para abrir el baile en el Gran Comedor.

Observé a mis tres amigos brevemente. Era evidente que tanto Blaise como Pansy estaban desconcertados por lo que veían. Sin embargo, no eran los únicos sorprendidos; todo el colegio parecía murmurar ante la inesperada pareja que se destacaba en la pista de baile ahora mismo. Theo y yo, en cambio, no nos sorprendíamos, pues habíamos sido testigos de cómo Krum le había pedido a Hermione que fuera su pareja en aquel banco apartado fuera de Hogwarts.

Ambos parecían disfrutar del momento mientras bailaban, especialmente ella. Cada tanto, Viktor le susurraba algo al oído que hacía que Hermione se riera con encanto, contagiando su alegría al resto de los presentes en el baile de Navidad.

Al ver esa escena, sentí una punzada de celos y tristeza al notar cómo compartía las mismas sonrisas que solía recibir hace unos meses. Ver a Hermione disfrutar de esa manera con Viktor Krum me recordó los momentos compartidos y los gestos que solían ser solo para mí. Me quedé allí, incapaz de apartar la mirada, mientras una mezcla de nostalgia y pesar se apoderaba de mí, recordándome lo que una vez tuve y ahora parecía tan distante.

── ƑLASH ƁAƇƘ ──

- Hermione...- mi voz se quebró ligeramente al llamarla, encontrándola sentada sola a la orilla del lago.

- Vete, Draco - respondió fríamente, sin apartar la vista del horizonte donde despuntaba el sol. Me acerqué con cautela y me senté a su lado, sintiendo la tensión entre nosotros.

- Tenemos que hablar, Hermione - insistí, buscando desesperadamente una conexión que parecía desvanecerse.

- No hay nada más que hablar, Draco. Todo quedó claro con lo que vi - dijo con voz firme, aunque podía notar el dolor oculto detrás de sus palabras.

- No era eso por lo que vine, Hermione... - murmuré, incapaz de sostener su mirada sin sentir el peso de la culpa. - Debemos dejar de vernos - anuncié finalmente, esperando una reacción, cualquier señal de que esto la afectaba tanto como a mí. Sin embargo, solo asintió.

𝒜𝓂𝑜𝓇 𝒮𝑒𝒸𝓇𝑒𝓉𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora