››› Vuelta a Casa (xxɪ)

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Hubo una parte del camino que conocía, una parte del camino que me refrescaba la memoria, una parte del camino que se entrometía en mi pecho y me hacía recordar cuando pensaba que nunca volvería a estar aqui

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Hubo una parte del camino que conocía, una parte del camino que me refrescaba la memoria, una parte del camino que se entrometía en mi pecho y me hacía recordar cuando pensaba que nunca volvería a estar aqui. Una parte del camino que me recordaba que faltaba poco, que era real, que estaba allí. Concord dejó de ser una palabra de papel y se volvió real, volvió a pertenecerme porque yo siempre le había pertenecido. 

Dorian y yo habíamos dormido en cuanto el sol salió, pero despertamos unas horas antes de llegar. Las imágenes a través de la ventana provocaban que todo mi cuerpo tiemble, que me encuentre en un trance en mis pensamientos, que continué aferrandome al contenido de mis libretas, de mis poemas. No estaba tan lista como pensaba para volver. No sabía si ahora quería hacerlo.

Había tanto escondido en cada rincón de esta ciudad que no sabía si me atrevería a bajar del vagón. Mis uñas se clavaron en el asiento tapizado de cuero bordo y pude sentir el sudor ocupar lugar entre mi piel y mi vestimenta. Pude sentir el poder de mi mente traicionarme por completo. Pude sentir como fui una tonta al pensar tan impulsivamente esta decisión. Debí tomarme mi tiempo para pensarlo... debí...

―Lorelai, debes respirar―Dorian giro a verme con preocupacion y un ceño muy fruncido.

―No se si pueda hacerlo, Dorian... Es... Es demasiado―. Internamente me preguntaba cómo podría entrar en mi antiguo hogar sin esperar que Beth se encuentre en el piano... Demonios, el piano ¿Seguirá allí? ¿Lo habrán vendido por el dinero? Ese había sido un costoso regalo que podría haber ayudado a padre y Marmee después de que todas se hayan ido.

―Oye... Vine contigo, me subí a ese barco contigo ¿Que te hace pensar que enfrentar todo esto será diferente?―tomó mi mano y la sujetó entre las suyas―. Estoy aqui ¿Ok? Pero enfrentar esto significará cerrar un ciclo que lleva años abierto esperando a ser terminado. Es el momento indicado para enfrentarte a todos tus miedo. Tu infancia, tu hermana, tu identidad, Lory, todo. Y esto comenzo en cuanto subimos a ese barco. 

―Es mucho más poderoso que eso―susurre intentando no contener el aire.

―Pudiste irte sola sin nada asegurado. Confió en que puedes volver acompañada con un poemario listo para ser publicado en cuánto te vayas.

Las palabras de Dorian eran muy amables y cálidas. Es irónico que no tengan ningún efecto en una poetisa, que no me generen nada, que no cambien nada. Mi cabeza seguía exprimiendo los miedos en mi interior y enlistándolos. Era un ejército alistandose para la batalla, una batalla dura, fría y desgarradora. Una batalla que podía durar minutos como años. Una batalla enigmática y llena de incertidumbre. Una batalla donde soy el oponente de ambos lados, donde soy el ejercito, donde soy las armas, donde soy el dolor, donde no hay victoria. Una batalla mía, donde yo era la batalla.

Mi corazon latia haciendo eco en mis costillas, podía escucharlo en mis oídos y sentir sus latidos en mi boca, entre mis dientes, palpitando en mi lengua. Respiraba profundo mientras observaba la estación a lo lejos acercarse cada vez más. No le había prestado atención al hombre del tren que había anunciado que llegaríamos treinta minutos antes. No le había prestado atención a nada más que a mis pensamientos, a mi terror, a mi miedo interno que me repetía que había sido una muy mala idea salir de Europa y cruzar el océano para volver a casa.

Lorelai March ⸻ LITTLE WOMENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora