››› Las Cenizas de una Novela (xɪɪɪ)

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Cuando la mayoría de la tripulación de un barco te acusa de histérica y se niegan a mirarte a los ojos sin murmurar hasta con las paredes, no hay mucho más que hacer que quedarte en tu habitación o deambular como fantasma temiendo a ser vista

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Cuando la mayoría de la tripulación de un barco te acusa de histérica y se niegan a mirarte a los ojos sin murmurar hasta con las paredes, no hay mucho más que hacer que quedarte en tu habitación o deambular como fantasma temiendo a ser vista. Temiendole a los mortales.

Agradecía los manuales de literatura inglesa que Dorian llevaba consigo a todas partes de la universidad. Eran un descanso para que las novelas que traje conmigo no se vuelvan repetitivas. Un descanso para mi mano la cual se entumecía y quedaba rígida tras horas escribiendo en una muy mala posición. El colchón ahora marcaba que Lorelai March había reposado en él ya que una gran mancha de tinta se escondía debajo de este, un pequeño secreto para quien tenga que limpiar el barco antes de volver. 

Hice exactamente lo que el señor Loughty me dijo. Escribe hasta que tus manos reflejen el esfuerzo con el que tus palabras intentan romper a la sociedad. Escribe hasta que el sudor entre tus dedos refleje el más mínimo detalle de tus letras. Escribe hasta que no tengas recuerdos a los que acudir.

Los recuerdos eran algo que no podía evitar si me sentaba en mi cama esperando inspiración. Eran abejas que podían picarte o acariciarte la mejilla con su suave textura y su transparente ala.

Un recuerdo divertido pero tambien profundo fue cuando Meg y Jo no dejaron que Amy asistiera a una salida nocturna con Teddy y el señor Brooke. Fue una noche salvaje en la casa de las March, una noche que no se borra de mi cabeza por la incomodidad que nos traíamos tanto Meg, Beth y yo. Una noche que sobrepasaba la comedia dramática puesta en escena frente a los cuatro sentados en sus butacas pasando el mejor rato.

Tanto a Meg como a Jo les emocionaban salidas de ese tipo. Meg porque vería a John Brooke y Jo porque deleitaría sus ojos, oídos y sentidos en una obra maravillosa. Esta más que obvio porque al señor Brooke y a Laurie les encantaba acompañarlas.

Beth y yo ni siquiera nos enteramos del momento exacto en el que Amy quemó los escritos de Jo. Las dos jugábamos con el cabello de la otra ya que eran bastantes similares en textura aunque no en color. Meg y yo éramos las únicas March de cabellos castaños, mientras que Amy y Jo tenían rubios oscuros y grisáceos y Beth un color claro entre el subió y el colorado. Según papá su cabello era idéntico al de nuestra abuela, lo cual me hacía amarlo más.

Nos encantaba cepillarnos el cabello la una a la otra mientras hablábamos con trivialidad de la vida que nos rodeaba.

―¿Quien crees que será alguien importante de todas nosotras?―preguntó Beth jugando con su vestido mientras cepillaba las raíces de su cabello como guiando y formando finos hilos para un telar.

―Mmm... Seguramente Jo―respondí dudandolo solo un poco―. Es la más práctica y ambiciosa de todas. Aunque con la actitud y la personalidad de Amy ella podria ser facilmente la mujer del año en alguna gran ciudad casada con un hombre asquerosamente rico que compra vestidos ya diseñados todos los fines de semana solo para ella y que juntos hagan extravagantes fiestas del té con todos sus amigos una vez al mes para ponerse al tanto de todos los rumores del lugar. Iría a fiestas lujosas en palacios y codeándose con la aristocracia tal como ella siempre lo quiso. Todas las mujeres a su alrededor estarán muertas de la envidia porque nuestra pequeña March entra al salón de baile del brazo del hombre más guapo y rico de todo el país. Y será en una de esas fiestas en la que todos los invitados se sentirán atraídos por una de sus obras y se daran cuenta que Amy March es mucho más importante por su talento que por su matrimonio.

Lorelai March ⸻ LITTLE WOMENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora