Lorelai March era la hermana que no encajaba. La tercera en discordia, la que todo daba. Lorelai March era la que estaba destinada a irse y dejar a su familia detrás. Lorelai March era la poetisa de una familia de mujeres extraordinarias, pero tras...
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Jo se había enojado conmigo tras la noticia de mi obra en el teatro local. Se levantó de la mesa y salió de la casa. Por la ventana podía ver que se dirigió a la casa de Teddy y mi impulso fue seguirla, pero Meg me sugirió que la dejara ir, que sería algo temporal. No me importaba convencerla de algo en el camino, me importaba lo que fuera a decirle a Teddy de mi. Cómo iba a descargarse con él sabiendo que no podría hacerlo con ninguna de sus hermanas.
Meg me ayudó a prepararme para el estreno y nos fuimos junto con Marmee al teatro. Fue una noche mágica. La primera vez que sentí que había hecho algo importante, la primera vez que me sentí más que una sombra de Jo, la primera vez que sentí que estaba escribiendo mi propia historia. La primera vez que fui algo más que una March.
Agradecí que las luces debían apagarse al comenzar la función y así no poder ver si Teddy o Jo estaban entre el público. De esta forma conservaría los nervios de las miradas de las personas y sus reacciones. Solo debía relatar en la oscuridad pensando que era solamente Laurie quien llenaba todos los asientos a mi alrededor, solo debía pensar que era como cuando lo ensayabamos, como si se lo estuviera relatando muy cerca, susurrando en su oído.
Al terminar los candelabros fueron prendidos y yo quedaba en medio de la escena. Me juré no buscar entre el público y solo mire a Meg a los ojos aplaudiendo de pie con emoción y lágrimas de orgullo. Su sonrisa llenaba el lugar y me daba la confianza necesaria para no pensar ni en Teddy ni en Jo. Marme sonreía con los labios apretados para no largarse a llorar frente a mi, mientras que el señor Brooke en el asiento siguiente al de Meg aplaudía de pie asintiendo con la cabeza. Todos aplaudieron de pie por varios minutos y yo hice una reverencia como despedida antes de bajar del escenario.
Rápidamente se convirtió en la noche más importante de mi vida. Era el regalo más grande de navidad que alguien podía recibir. Los aplausos que no cesaban eran una prueba de que no podía limitar al mundo de mi arte, no podía seguir viviendo bajo el legado de Jo siendo simplemente la hermana de Josephine March, la escritora más importante de la década. No podía privar a la sociedad de escuchar mis poemas y que encuentren en ellos lo mismo que yo encontré escribiendolos; libertad, calidez, un hogar, una lucha, una revolución, un amor.
Meg fue la primera en abrazarme y luego Marmee, y luego el señor Brooke me felicitó por la obra mientras salíamos. Apoyado en la puerta se encontraba Teddy con su abrigo colgando de su brazo y Jo con las manos en la cintura esperando impaciente. Los dos levantaron su mirada cuando salimos después de que todo el público vaciara el salón de entrada. Meg me soltó el brazo y junto con Marmee y el señor Brooke adelantaron el paso en cuanto notaron que Laurie se acercaba lentamente a mi.
―Fue maravillosa. En serio. Hable con Shakespeare hace un par de minutos y me dijo que resucitará para poder venir a ver con sus propios ojos como una joven poeta lo supera en su noche de estreno―bromeo mirándome a los ojos y viendo como Jo estaba detrás de él solo quise que se le ocurriera llevarme a ver la tumba del mismísimo Shakespeare con tal de evitar hablar con ella. Deseé con toda mi alma que me ofreciera su brazo y que salgamos de ahí ignorando el hecho de que mi hermana espera para hablar conmigo.
