››› Al Final (ʟɪɪɪ)

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Dorian y yo discutimos por varios minutos, luego de contarle lo sucedido, sobre qué haría con mi familia, o que haria en general. Le conté absolutamente cada detalle, las cartas con los poemas, la gran pelea, mi huida, la lápida de Beth, mi llegada a la residencia de Benjamín y mi estadía en la misma. Le conté todo lo que mi corazón fue capaz de contar. Le conté todo lo que debía contarle a mi único amigo. Y él me contó devuelta todo lo que no había podido contarme.

―El grupo de sufragistas se desvaneció después de esa noche―dijo con pena. ―Lo descubri despues de traerte de vuelta. ―Su mirada estaba fija en sus manos sobre sus rodillas sentado junto a mi en el sofá de la biblioteca a solas y con una de las ventanas abiertas que daban al jardín.

―¿Que?

―La muerte de varias de ellas y la prisión para el resto fue difícil, Lorelai.

―Lo sé, pero... ―las palabras parecían hacerse agua en mi boca, eran inutiles y estupidas.

―¿Sabes cuantas familias quedaron sin madres, hermanas, esposas? ¿Sabes cuantas mujeres del pueblo se perdieron en esa manifestación?―interrogó pero no dije nada. No podía. No sabía si era capaz de hacerme una idea de cuantos funerales se hicieron mientras yo y las demás pasabamos noches congeladas en un rincón de nuestras celdas. Incluso decirlo ahora parece irreal.

―Apuesto a que tienes el número exacto―comente cabizbaja. ―Hay algo de lo que no se nada aun... ―cambie de tema y esa introducción pareció alarmar a Dorian. Él ergio su cuerpo y lanzó sus hombros hacia atrás aclarándose la garganta por lo bajo mientras yo pensaba cómo abordar el tema. ―¿Que sucedió con el club de lectura?

Dorian tomó aire con la mirada fija en un punto de la gran alfombra que cubría gran parte del suelo de madera del salón. Parecía revivir con cada segundo un instante de lo que fue y de lo que al parecer dejó de ser.

―Ya sabes como termino despues de esa noche. Quienes quedamos intentamos refaccionarla aunque los oficiales confiscaron un par de libros que no creían propensos a ser leídos―contestó. ―No es lo que era, pero funciona y cuando tengamos un poco más de dinero en mano podremos terminar de arreglarla. ―La forma en la que asentía como si intentara convencerse a sí mismo de sus propias palabras, terminó por quebrar mi moral. 

¿Como podía?

―Lo lamento muchísimo, Dorian. No debí estar allí esa noche, no debí...

―No hay demasiado de lo que arrepentirse, Lorelai. Hagas lo que hagas no cambiaras el hecho de que así fueron las cosas.

―Al final... Lo único que aprendí es que no importa cuanto me duela, estar lejos siempre será la mejor opción―pensé en voz alta y él levantó su mirada para verme.

―¿Al final?―repitió. ―¿Porque dices eso?

―Es el final de alguna u otra forma, Dorian. Voy a casarme. Alguien, al final, logró amarme.

―Lorelai...

―¿Que se supone que haga luego?―cuestione. ―¿Tener hijos como Meg y Amy?

―Jo tambien.

―¡¿Qué?!―exclame.

―No iban a decírtelo hasta que volvieras, pero la boda de Jo será dentro de poco, antes de que te vayas si es posible porque ambos se encuentran esperando―explico y yo solo puse reposar mi espalda en el asiento con una mano tapando mi boca con sorpresa. Jo estaba esperando su primer bebé... Jo iba a ser madre... Jo...

Eso quería decir que la historia finalmente había terminado. Todos habían hechos sus vidas. Las mujercitas habían crecido. Final. 

Lo impensado finalmente había ocurrido. Jo se encontraba esperando junto al profesor Bhaer a punto de casarse oficialmente. Amy y Laurie de seguro ya estaban pensando en un segundo hijo. Los hijos de Meg y John ya eran niños infantes creciendo y aprendiendo sobre el mundo por su propia cuenta con la edad suficiente para columpiarse de los árboles. Y yo estaba comprometida con el único hombre que podía amarme y al mismo tiempo otorgarme todo aquello que merecía.

Lorelai March ⸻ LITTLE WOMENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora