ᴾʳóˡᵒᵍᵒ

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No olvides quien eres, Seungmin. Cuando yo me vaya no tendrás quien te guíe, no dejes que ella te arruine, voy a protegerte desde la enorme manta azul que tanto te gusta.

Seungmin no sabía si fue capaz de cumplir aquella promesa. Desde que su padre había dejado este mundo todo en su vida había ido cuesta abajo, pero nada podía hacer, su madre era la reina y señora de cualquier lugar que ella quisiera, incluyendo la vida de su hijo.

Su padre había muerto cuando él apenas tenía unos 10 años, pero a pesar de eso lo recordaba con claridad, cada palabra, cada juego, cada risa, cada abrazo. Quizás era porque desde ese tiempo no tenía ninguna muestra de cariño tan sincera y fraternal.

El timbre de regreso a clases sonó, por lo que tuvo que bajar rápidamente del techo para llegar a su salón. Sus amigos eran escasos, por no decir nulos, admitía que en parte era su culpa, pero se sentía bien estando solo, después de todo, siempre lo había estado.

Sus compañeros más allegados, Mingi y Changbin, lo esperaban en la entrada. Siempre hacían eso, no entendía porque, él era bastante cruel con ellos, casi ni les hablaba y se escapaba de su compañía siempre que podía.

—¿Donde estabas, Kim?— cuestionó el pelinegro— Te estábamos buscando.

—Salí a caminar.

Ambos estaban acostumbrados al trato especial de Seungmin, sabían que les mentía constantemente y que se escapaba de ellos, pero poco les importaba, lo veían demasiado solo, sabían que tarde o temprano él terminaría acostumbrándose a ellos. Nadie merecía estar solo.

Tuvieron una extensa clase de química, materia que la mayoría odiaba, menos Seungmin, claro está. Él era el típico caso especial al que le gustaban todas las materias que el resto odiaba. Prestó suma atención a todo lo que la profesora explicaba y escribía en el enorme pizarrón blanco, captando todo a la primera como si se tratara de una materia de kinder.

—Lee Felix, me agradaría que se sentara adecuadamente en su banco, está en una clase no en la playa— la joven profesora volvió a regañar al molesto joven por quinta vez esa semana.

—No se usted, pero yo escucho con los oídos, no con el trasero.

—Le agrada mucho el director ¿No?

—Es muy guapo— respondió el rubio con una sonrisa, terminando de juntar sus cosas para dirigirse a dirección.

Ese mocoso le caía muy mal, realmente no lo soportaba ¿Cual era su constante necesidad de hacer cosas que no debía? ¿Por qué no se comportaba como un adulto y hacía las cosas como se debían? Era tan inmaduro, caprichoso y malcriado. Lo detestaba.

Una vez las clases terminaron se dirigió con prisa hacia la salida, no quería que Mingi y Changbin lo persiguieran para intentar que salga con ellos más tarde. Él prefería la comodidad de su habitación, sus auriculares a todo volumen y una buena taza de café para estudiar cómodamente. Pero no logró su cometido.

—¡Seungmin!

Kim detuvo su caminar sin voltear a ver quién lo llamaba, sabía que era Mingi. El apuesto y elegante Mingi, por el que media escuela moría, todas las chicas estaban detrás de él como perras en celo. Pero ¡Oh, sorpresa! Song era bisexual, pero prefería los hombres.

—No voy a dejar de intentarlo, no me mires así— comentó el pelirrojo al notar la mirada hastiada del mayor— ¿Quieres salir más tarde? Vamos a ver una película con Changbin.

—Tengo cosas que hacer en casa, Mingi— mintió Kim— Quizás otro día sí.

—Te gusta mentir, lo notamos- admitió Mingi— Nos vemos mañana, Kim.

𓏲ָ 𝑺𝒖𝒈𝒂𝒓 𝒎𝒐𝒎𝒎𝒚✨//ᶜʰᵃⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora