Estaba acabada, ya nada volvería a ser como antes, aquellas acusaciones mancharían su carrera de por vida. El nombre de su empresa, ella misma había perdido todo el prestigio que con arduo trabajo había conseguido. Estaba tan enojada que estaba segura de ser capaz de asesinar a las personas que le hicieron eso con sus propias manos.
¿Quien iba a atreverse a meterse con ella? ¿Quién tendría la valentía de siquiera intentar atentar contra ella? Kim Minwoo era inalcanzable, por sobre cualquier persona en la tierra. Poderosa, hermosa y joven, era indestructible, quien quiera que le estuviera haciendo esto iba a pagarlo extremadamente caro. Con ella no se jugaba.
Solo debía de buscar de entre todos sus enemigos al más poderoso e idiota, para ejecutar su plan de venganza. No le devolvería su dinero, pero al menos tendría la satisfacción de haber hecho algo al respecto y no quedarse de brazos cruzados mientras su imperio era destruido. Nadie que se atreviera a meterse con ella salía con vida, nadie, menos cuando se metían con su fortuna también.
Su fiel secuaz la tenía amenazada, a veces olvidaba de dónde venían esos idiotas incompetentes sin futuro, él único que parecía rescatable de esos lugares era su pareja, Chris era él único que valía la pena realmente. Quizás él podría ayudarla, después de todo uno hace lo que sea por amor, además Seungmin vivía con él, era perfecto para el plan que había elaborado. Necesitaba crear una distracción enorme, una que no diera lugar a pensar en nada más y que la colocara en posición de víctima.
Muchas personas creerían que estaba loca, nadie la entendería, se suponía que su marido era la única persona en el mundo que la comprendía, pero se equivocó. Nadie estaba a la altura de comprenderla, su pensamiento iba más allá. No existía nada más importante que la empresa y su dinero, no había nada que valiera realmente la pena además de esas dos cosas, su vida giraba en torno a ellas. Por eso, haría hasta lo imposible con tal de protegerlas, cualquier cosa, por más oscura y retorcida que fuera.
Ya lo había hecho una vez ¿por qué no hacerlo una última?
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Chris lo intentó, realmente lo hizo, pero no fue capaz de pegar un ojo. Esos últimos días le resultaba imposible dormir, mientras todo lo contrario le sucedia a Seungmin, rara vez lo encontraba despierto, eso le preocupaba un poco, no era normal dormir tanto. De todas formas no quiso prestarle mucha atención a su evidente insomnio, tenía cosas muy importantes que hacer.
Changbin y Jisung estaban listos para dar el golpe final, estaba todo preparado, ya no había mucho para hacer más que ejecutar, pero habían decidido reunirse para dar el paso final y hacerlo como el equipo que eran. Por otra parte, Minwoo le había pedido que se reunieran ésa mañana con suma urgencia, no podía esperar, se trataba de algo sumamente importante. Se preguntaba que traería aquella loca mujer entre manos.
Decidió levantarse de la cama al sentir un delicioso aroma a café y tostadas, esos últimos días Kim estaba siendo particularmente silencioso y amable, era una persona completamente distinta desde aquel día en el que había llorado por horas. De todas formas así le agradaba, era más tolerable, lo que agradecía es que en la cama seguía siendo el mismo de siempre.
