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Fue obligado a empacar sus cosas y despedirse de esa enorme mansión cargada de recuerdos, no tenía muchas opciones después de todo. Afortunadamente la familia Hwang les había ofrecido hospedaje, Seungmin aceptó de inmediato sin importar lo que su madre decidiera. Al final resultó que Minwoo debía salir del país para ver si podía arreglar el pequeño problema que tenía. 

Creyó que por fin estaría tranquilo, pero por alguna razón Minwoo envió a Christopher con él. Luego supo que todo fue idea de Musik, porque creyó que Seungmin iba a necesitar de alguien querido a su lado durante ese momento. Lo que ella no sabía es que, luego de su madre, Christopher era la última persona a la que quería ver. 

Iba a esforzarse por ignorarlo, lo evitaría a toda costa. Realmente no quería tenerlo cerca, estaba seguro de que solo le recordaría cosas sobre su madre, que sería su mensajero o hasta que haría cosas que ella le pidiera. Seungmin sabía de lo que su madre era capaz cuando se enojaba y, justo ahora, estaba muy enojada con él. 

—Yo se que estas muy triste minnie, pero tengo que admitir que me encanta tenerte aquí— confesó Hyunjin envolviendo al menor en un abrazo desde la espalda. 

Su relación con Hwang no era más que carnal, le encantaba Hyunjin, pero no sentía más que atracción. De todas formas tenía que admitir que, en ese momento, no existía otro lugar mejor para estar. Estaba contento de estar ahí también. 

—También me alegra estar aquí, a pesar de todo...

—Lástima que tienes ese estúpido rubio siguiéndote hasta para mear— susurró el mayor, hundiendo su cara en el cuello de Kim, intentando disfrutar del exquisito aroma que tanto lo caracterizaba. 

Seungmin no respondió, echando su cabeza hacia atrás para facilitar el trabajo del rubio. En ese momento lo que más necesitaba era las fuertes manos de Hyunjin recorriendo su cuerpo con firmeza. Quería olvidarse de todo, y no existía mejor persona para lograr eso que Hwang Hyunjin. 

—Hyunnie~— jadeo el castaño, restregando su cuerpo contra el mayor. 

—¡Seungmin!— una voz llamó desde afuera de la habitación.

Las manos que acariciaban su cintura se detuvieron en seco, al mismo tiempo que su relajado cuerpo volvía a tensarse. Parecía que Christopher solo estaba ahí para dedicarse a interrumpir sus preciados momentos con Hyunjin, se estaba ganando cada vez más el odio de ambos jóvenes. 

Kim suspiró cansado, se dio vuelta para dejar un pequeño beso en los labios del rubio y salió de la habitación. Sabía que lo que Christopher le diría sería una estupidez, como siempre. Durante la última semana se había dedicado especialmente a no dejar que se acostara con Hyunjin, estaba seguro de ello. 

—¿Que quieres?— cuestionó el castaño llegando donde el australiano. 

—Tengo que hablar contigo— respondió el contrario, comenzando a caminar hacia su habitación. 

Kim lo siguió sin preguntar, no podía montar una escena en una casa que no era la suya, odiaba tener que soportar las estupideces que hacía el mayor sin tener lugar alguno a una queja. Necesitaba sacarlo de ahí de alguna forma. 

—¿Que quiere Minwoo ahora?— cuestionó el menor una vez dentro de la habitación. 

—...Quiere que busques una prometida. 

Seungmin quedó perplejo, en silencio, para luego soltar una carcajada. Minwoo era conocedora de su orientación sexual desde que él tenía 14 años, no podía estar hablando en serio, ella sabía que en su vida no existía ni una mujer que le llamara la atención. No podía ser capaz de pedirle una cosa así. 

𓏲ָ 𝑺𝒖𝒈𝒂𝒓 𝒎𝒐𝒎𝒎𝒚✨//ᶜʰᵃⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora