Miles eran los pares de ojos que se posaban en su persona con esa mirada condescendiente, la miraban con desprecio, con sorpresa y burla. Algo no andaba bien, había algo que sabían que no tendrían que saber, eso no le gustaba nada, mucho menos ahora.
Buscó los únicos ojos que quería ver en ese momento, ubicándolos al instante. Christopher la miraba con preocupación desde lejos, él también había notado que algo andaba mal. Le hizo una seña para salir del gran salón, quería dejar de escuchar esos murmullos y dejar de sentirse tan observada, quería que la contuvieran.
Esperaba que no se tratara de nada grave, esperaba que nadie se hubiera enterado de lo que había hecho. De todas formas sabía que no era posible, había pagado grandes cantidades de dinero para mantener todo oculto durante años, no podía pasar esto ahora, cuando se encontraba en el punto más alto de su carrera.
—¿Qué pasó ahí dentro?— cuestionó el rubio.
—No lo sé channie, es muy extraño, creo que alguien inventó un rumor sobre mi o sobre Seungmin— respondió la mujer con preocupación.
—¿Quién haría algo así?
—Pues alguien que me tiene envidia, hay muchas personas que quieren hundirme amor...
—Lo sé, por eso mismo es importante saber quién fue.
—Ahora lo más importante es saber que inventaron y como hacer para que ese rumor deje de manchar mi nombre.
—Te deseo suerte con eso— alentó Chris con una falsa sonrisa dibujada en sus labios.
—Gracias lindo~
Minwoo dejó un casto beso sobre los labios del menor, para luego retirarse y volver a entrar a aquel loquero. Chris estaba seguro de que ella no iba a asustarse con ese rumor, sabía que no le afectaría tanto, se las arreglaría para decir alguna tontería o taparlo con algún otro escándalo. Pero eso era lo que buscaban, demostrarles a todos quién era Kim Minwoo, dejar en evidencia lo que era capaz de hacer con tal de conservar su fortuna.
Minwoo no tardó en descubrir cuál era el rumor, nada muy importante, lo que más le asustaba es que se supiera que estaba en bancarrota, eso podría hacerle perder muchos socios. Pero, como todo, tenía una solución sencilla, en ese mundo no era muy difícil engañar a las personas, y ella lo sabía perfectamente.
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Ambos sabían que se trataba de un golpe leve, uno para comenzar a desgranar de a poco el palacio de aquella mujer. Era fácil identificar la tranquilidad que tenía Minwoo, su sonrisa suave al igual que su mirada, sus movimientos ligeros y sin apuro, se expresaba como si media alta sociedad no supiera que ella estaba en la calle. Era una verdadera hija de puta, eso le divertía a los dos.
Changbin analizaba la situación, podía notar que no iba a quedarse de brazos cruzados, que solo estaba actuando para relajar el momento. Kim Minwoo no era estúpida, ella sabía lo que tenía que hacer y como, solo tenían que capturarla con las manos en la masa, en el momento justo donde hiciera movimientos que se salían de las reglas.
