ᴱᵖíˡᵒᵍᵒ.•♫

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Los años pasaron, Seungmin y Felix volvieron a sus estudios, mientras la empresa Kim era dirigida por Changbin, quien siempre consultaba sus decisiones al menor. Christopher también había iniciado sus estudios, a pedido de Seungmin, ya que el castaño tenía planeado un gran futuro junto al mayor.

Una vez acabaron sus carreras, Kim y Lee comenzaron con su gran proyecto, junto a Jisung, quien poco a poco se volvió la cara y el principal motivo de la idea. Seungmin dejó la empresa en manos de Christopher y Changbin, mientras él, Felix y Jisung creaban la organización Fénix. Se trataba una organización sin fines de lucro, para contener a las personas víctimas de trata y para erradicar toda clase de corrupción o mafia.

Tardaron mucho en convencer a Changbin y a Christopher para dejarlos avanzar con el plan, ya que era peligroso meterse con todas esas personas, era extremadamente peligroso. Pero Seungmin era dueño de más cosas de las que imaginaba y tenía más dinero del que sabía, tenía todos los recursos necesarios a una transferencia de distancia. Kim era poderoso y usaba su poder para el bien.

La organización Fénix había sido un éxito desde el inicio, con sus tres líderes, un psicólogo, un trabajador social y un criminólogo. Siempre siendo apoyados por sus principales donadores, Lee Minho y Hwang Hyunjin, y por supuesto continuamente respaldados por Jeongin y su experiencia con los ricos mafiosos.

Los ocho jóvenes se habían vuelto la revolución en Corea, no había un día en que los medios no hablaran de ellos, no había revista o portal que no los hubiera nombrado. Aunque siempre les resultaba difícil encontrar algo sobre sus vidas privadas, y a lo largo de diez años sólo habían logrado confirmar dos parejas, ellos querían más.

—Honnie~— llamó el castaño— ¿Quién es IU y por qué te están emparejando con ella?

—Es la compañera de la que te hablé, con la que haré el próximo kdrama— respondió el mayor desde el baño, mientras se preparaba para ir a cenar.

—Si, pero no me dijiste que fuera tan linda— susurró con un puchero.

—Para mí nadie es más lindo que tú, hannie— contestó Lee, acercándose al castaño para depositar un suave beso en sus labios— Debemos apurarnos, cariño, estamos llegando tarde.

Las cenas de los sábados eran sagrada para la familia que habían formado, cada semana en una casa diferente. Esa noche tocaba en la mansión Hwang, la ostentosa y aclamada mansión Hwang. Era la casa más grande de todas las del grupo, ya que Seungmin había vendido su mansión un año después de obtenerla nuevamente, se había acostumbrado a la vida de departamento. Aunque los gustos caros nunca se le olvidaban, ahora vivía en un gran penthouse con Bang.

En tanto llegaron fueron atendidos por Jeongin, ya que esa noche todos los sirvientes de la casa tenían una noche libre para dejar a los jóvenes solos y así pudieran hablar tranquilos de lo que quisieran. Porque estaban seguros de que sus temas de conversación no eran algo que cualquiera pudiera gustar o entender lo que hablaban.

—Al fin llegan ¿No podían dejar el polvito para después?— cuestionó Kim.

—Pues mira quién habla— respondió Jisung.

—Un buen polvo, nunca se pospone— comentó Felix a la pasada mientras colocaba los cubiertos sobre la mesa.

—¿Por qué siempre hablamos de sexo?— preguntó Yang analizando su tema de conversación.

—Es lo que mejor se nos da— respondió Hyunjin dándole una nalgada a la pasada.

Si hace diez años le hubieran dicho a Christopher y a Hyunjin que en un futuro se sentarían a cenar juntos en una misma mesa, gustosos de pasar el rato y apreciando cada momento que pasaban juntos, jamás lo hubieran creído. Lo mismo ocurría con Seungmin, quien reía divertido ante las cosas que Felix le contaba.

—Hoy hace veinte años que falleció papá— comentó Kim, casi al final de la noche— Estoy seguro de que hoy estaría muy orgulloso de mí, de nosotros y de la familia que formamos.

—Un brindis por mi suegro, el señor Kim— exclamó Chris, haciendo que el castaño comenzara a reír y levantando su copa.

—Quién diría que pasarían de coger a escondidas en esta casa a brindar como si nada por el suegro que iba a ser mío— comentó Hyunjin con gracia.

—Los giros de la vida, mi amigo— respondió Seo— Yo hubiera jurado que pasaría el resto de mi vida haciendo trabajos algo sucios.

—Tú eres un gobernado— añadió Seungmin.

—Pues si es Lee Felix, no soy gobernado, soy un plebeyo que cumple con los mandatos de su rey.

Los demás estallaron en carcajadas incontrolables, incluido su bello esposo de pecas, el cual una vez pudo detener su ataque de risa le dió su merecido beso. Agradecido por tener una pareja tan perfecta como lo era Changbin.

Los giros de la vida son impredecibles, bruscos y repentinos, tanto como dolorosos y extensos. Esos ocho jóvenes eran muy conscientes de eso, por lo que aprendieron a valorar cada momento como si fuera el ultimo, porque no sabían en qué momento todo podía cambiar abruptamente.

La cena acabó y cada una de las parejas se dirigió a sus respectivos hogares. Era una noche tranquila y muy iluminada por la suave luz de la luna, las noches favoritas de Seungmin, bien estrelladas y de clima templado. La noche que Bang creyó ideal para dar el siguiente paso, luego de nueve años.

Detuvo el precioso Audi en el puente más bello de Seúl y le insistió al castaño para que bajara a apreciar las luces de la ciudad, sin ningún otro propósito más que admirar la encendida y brillante metrópolis. Algo que ambos les gustaba hacer a menudo, cuando se encontraban aburridos alguna tarde.

—Hoy cumplimos nueve años y siete meses— comentó en un susurro el mayor.

—Así es channie, que locura.

—Y yo me preguntaba... Si quizás, pudiera convertirme en Christopher Bang... de Kim— sugirió el rubio mirando a su pareja a los ojos.

—¿Compraste los anillos?— cuestionó Seungmin.

—Sí— respondió Bang algo confundido por la respuesta del menor, sacando la preciosa cajita de terciopelo rojo de su bolsillo y mostrandosela a Kim.

—Mierda Bang, te me adelantaste— admitió el castaño sacando una cajita similar, con unos anillos de diferente diseño.

Ambos comenzaron a reír, para luego unir sus belfos en un beso apasionado, como tanto les gustaban, recordándoles los viejos tiempos. Si alguien le hubiera dicho a Seungmin que algún día lograría ser feliz al lado de un hombre que lo amara tanto como Christopher, no lo creería, le parecería imposible. Pero en ese entonces, viendo la perfecta sonrisa de su prometido iluminada por las luces de la ciudad, todo parecía posible.

Fin

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Bienvenida por última vez  mi gente bella😭😭

Finalmente llegamos al final de esta linda historia y tengo un millón de sentimientos encontrados. Feliz y agradecida por todo el amor y apoyo q le han dado a esta obra, pero también triste, pq ya no voy a volver a actualizar Sugar mommy😭💔

Espero q les haya gustado tanto este cap y está historia como a mi escribirla, no olviden dejar su preciosa estrellita si así fue. Siempre estaré agradecida con todo su apoyo y amor, lxs quiero mucho💖💐🤧

Pronto nos encontraremos en una nueva historia, no me extrañen mucho😋😋





𓏲ָ 𝑺𝒖𝒈𝒂𝒓 𝒎𝒐𝒎𝒎𝒚✨//ᶜʰᵃⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora