|CAPÍTULO 6|

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PLAN/CASTIGO




Bakugo había experimentado en pocas ocasiones el miedo, cuando observó el rostro de sus padres llenos de sangre la aprensión fue tan inmensa que su piel palideció aún más. El miedo de no tenerles nunca a su lado le acompañó por muchos años. Después, cuando estuvo por llegar su adolescencia, AFO le encontró. Había escuchado tantos rumores de aquel rey que el espanto se vio reflejado en sus ojos con mucha autenticidad. 

Y en ese justo momento, podía sentir cómo su mano comenzaba a temblar, su vista clavada en el látigo negro de Shigaraki. Sintió al rey rodearle los hombros con el brazo y soltar una ligera risa. ─Vamos, Bakugo, esto no será nada para ti. Eres uno de mis soldados más serios, jamás he escuchado que te de miedo dar látigos a alguien. 

─No comprendo. ─Katsuki se encontraba en estado de conmoción. ─No comprendo cuál es mi-

─Nuestro Kirishima puede regenerarse muy bien, y eso es porque le has bendecido con mucha comida y agua ¡Él podrá resistirlo! Además, es un hibrido, el dolor es como su segundo nombre. ─AFO empezó a caminar hacia Eijirou y le agarro del cabello para alzar su cabeza. 

El pelirrojo soltó un pequeño gruñido apretando los dientes. 

 ─Están acostumbrados a esto, no debemos darles un trato especial o, como dicen por ahí, podrían morderte la mano en el más pequeño descuido. No puedo permitir que eso suceda. Por eso mismo, Bakugo. ─El rey miró al rubio y soltó la melena de Ei. ─Por tus desaciertos tan grandes deberás ser tú quien azote la espalda de este hibrido. No quiero limitaciones, golpéalo tan fuerte que sientas las manos adormecidas ¡Podrás desahogarte un momento! Si no lo haces, tendré que inmolar a uno de mis más grandes soldados, será una gran pena. 

─No lo haré. ─Bakugo salió de su estado de shock y apretó los dientes, sentía su cuerpo temblar, no sólo por el enojo, sino por el pánico. ─No soy un maldito animal como la mayoría de tus soldados. ─Se pudo escuchar un murmullo por parte de los presentes, todos alrededor miraron a Bakugo con molestia. ─No lo haré, rey demente, prefiero la orca que abandonar mis principios. 

─Oh ¿Estás hablando en serio? ─AFO dio una seña con la mano y de pronto Touya y Shigaraki estuvieron a cada lado de Katsuki. ─Si eso es lo que quieres. 

─¡¡Bakugo!!

El rubio abrió los ojos al escuchar la exclamación de Eijirou, se formó una aurora de silencio por ello. 

─¡Hazlo, Bakugo! ¡No te preocupes por mí! ─Kirishima volteó ligeramente la cabeza para observar al cenizo. ─¡Esto no me matará! 

─Pero qué momento más dulce es este, mírenlo, dándole confianza a nuestro guerrero. ─AFO no pasó desapercibido aquellas palabras, simplemente quiso dejarlas de lado un momento, con su diestra palmeó la mejilla de Eijirou y se separó. ─Cada vez me sorprendes más, Kirishima. Pero, te recomiendo que no hables más o algún soldado de por aquí degollará tu garganta en un parpadeo. 

Kirishima tragó saliva y miró a Bakugo una última vez, le trasmitió tranquilidad con sus ojos y por fin se decidió a quedarse en silencio, apretó los puños y cerró los ojos. Katsuki suspiró en silencio, aquello había sido tan inesperado. Pero se dio el lujo de pensar las cosas unos momentos, si se reusaba probablemente ese sería el último día de su existencia, no podía permitirse aquello pues de lo contrario Kirishima de seguro sería asesinado por los viles experimentos que planeaban hacerle. Lo harían sufrir, y eso alargaría la agonía por quién sabe cuánto tiempo, se había propuesto sacar de allí a Kirishima y no debía permitirse morir sin hacer aquello. 

Ese día no era bueno para morir. 

─Lo haré. ─Bakugo sujetó mejor el látigo y miró la ancha espalda de Kirishima, apretó los labios y preparó su mente unos segundos. 

TIEMPO DE ADVERSIDADES |KiriBaku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora