|CAPÍTULO 7|

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ESCAPE





Bakugo tenía habilidades bastante específicas, antes de fallecer, su padre le entrenó con defensa personal, su madre le instruyó en el uso de cuchillas para poder defenderse de los invasores o de la mismísima naturaleza. Cuando comenzó el entrenamiento para ser un soldado la pericia y destreza se elevó a niveles impresionantes, se le preparó para poder disparar cualquier arma, tantos milicianos le envidiaban tal ingenio y soltura pues era sorprendente, Bakugo era un guerrero prodigio.

Tenía sus principios, aquellos principios que protegía a capa y espada sobre todas las cosas, incluso del rey. La actitud hosca y arisca eran los pilares, después de todo, para Bakugo la confianza no era un problema, pero, era muchísimo mejor no confiar en nadie. A sus diecisiete años él veía un mundo oscuro, salvaje, un lugar donde lo primordial era pisotear a los demás para poder avanzar y no atreverse a mirar atrás. Lecciones que fue aprendiendo con el paso del tiempo.

Pero.

Justo ahora se encontraba demoliendo todos sus brillantes ideales, todos sus principios básicos de supervivencia básica, todo, absolutamente todo, debido a un prisionero, curioso y pobre hibrido dragón.

─Dos pasos a la derecha. ─Susurró guiando su orientación mientras sostenía hábilmente la katana con su diestra. Las celdas de los prisioneros tenían dos metros de distancia una con otra, la de Kirishima era la más alejada de todas y, aunque por unos momentos había agradecido aquello, ahora mismo lo veía como un problema molesto.

La iluminación era algo pobre, en cada pasillo había dos lámparas de queroseno. Sonrió, la oscuridad le beneficiaba en algunos aspectos, pasar desapercibido por los prisioneros que aún seguían despiertos, de este modo aplicándose la misma regla para los milicianos que llevaban una guardia de turno completo para vigilar a algún prisionero en específico. En este caso, su objetivo era derribar al que cuidaba de Kirishima. Bakugo dobló a la izquierda donde inesperadamente se topó con uno de sus compañeros frente a frente, fue tan rápida la reacción de Katsuki que en menos de dos segundos se movió para golpear fuertemente la nuca del pobre hombre con el reverso de la katana y así, con un jadeo de dolor imperceptible, forzarlo a desmayarse. ─Va uno. ─Susurró en modo burlón atrapando el cuerpo del hombre antes de que cayera, lo colocó cuidadosamente en el suelo esperando a que ningún prisionero haya escuchado el impacto.

─Olvidé mi espada, iré por ella para suplirte.

Bakugo escuchó aquellas palabras por el flanco izquierdo, en dirección hacia la celda de Kirishima.

─Esperaré aquí, no tardes demasiado, ya comenzó a darme sueño, hombre.

Eran dos milicianos, el rubio supuso que iban a cambiar turno para que uno de ellos pudiese ir a dormir. Observó el cuerpo del soldado anterior totalmente inconsciente y dedujo que tendría que hacer lo mismo con aquellos dos idiotas. Bakugo se relamió el labio inferior y antes de que el hombre girara a donde estaba él, salió del pasillo abruptamente dejando a los dos soldados con una cara de confusión total. Katsuki saludó rápido con la mano izquierda.

─Nada de esto es personal ¿Escucharon, perdedores? Considérenlo un jodido capricho mío.

─¡¿Ah?! ¿Qué demonios estás haciendo tú aquí?

Ambos soldados se pusieron en alerta rápidamente, sin embargo, a Bakugo le dio el tiempo suficiente para guardar su katana y sacar de sus bolsillos bajos dos pequeñas cuchillas, las alzó con destreza afilando la mirada.

─¡Iré con el rey para reportar esta falta de-!

─Cierra la puta boca.─ No pasaron más de diez segundos para que ambos soldados estuviesen en los suelos con una fea herida en sus abdómenes, Katsuki había sido cuidadoso en no cortar alguna parte mortal, pero sobre ello, al último segundo decidió darles una fuerte patada en sus cabezas para que perdieran el conocimiento. Uno de los soldados soltó un jadeo fuerte ante el golpe por lo que Katsuki vigiló inmediatamente sus flancos. Debía ser demasiado cuidadoso.

TIEMPO DE ADVERSIDADES |KiriBaku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora