|CAPÍTULO 22|

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CONFESIÓN




Yoichi se encontraba en cama, escuchó unos leves toques a su puerta y con una abrumadora dificultad, el peliblanco se levantó y caminó lentamente. Su cuerpo dolía más de lo normal ese día. ─¿Qué sucede, mis leales soldados? ─Les regaló una pequeña sonrisa abriendo la puerta.

Dos milicianos se miraron entre sí y uno de ellos aclaró su garganta antes de hablar.

─E-Es... el híbrido.

El peliblanco alzó una ceja y ladeó ligeramente el rostro. ─¿Qué sucede?

─Su entrenamiento con Izuku salió mal debido al medicamento impuesto la noche anterior, perdió todo control de su cuerpo atacando a su entrenador y a los cadetes cerca. Debido a ello Izuku se vio obligado a disparar su onda de fuerza dos veces, aunque esto hirió de gravedad a Kirishima, al parecer, ha despertado su poder oculto debido a ello.

Yoichi se miró visiblemente sorprendido ante aquella abrumadora información. ─¿Poder?

─Así es, señor. ─El otro miliciano asintió. ─Endurecimiento, él puede volver su piel tan dura como una roca.

─¿Y cómo está su salud? ¿Cómo están todos? ─El peliblanco se vio algo apresurado pues necesitaba información de todo lo acontecido. ─¿Cómo está Midoriya?

─Acompáñenos, lo llevaremos a donde se encuentran los demás, señor.

La tarde avanzó increíblemente rápido, el sol comenzaba a refugiarse por lo que el cielo se pintó de un naranja bastante cautivador, Bakugo entró a la habitación donde atendían a Eijirou y al abrir la puerta un granítico aroma inundó sus fosas nasales, todo el cuarto estaba repleto de olor a miel, soltó un suspiro abrumador pues Bakugo no era muy fan de lo dulce. Dejó la bolsa con la ropa de Ei y tomó asiento a su lado, sus ensañados ojos pasaron hacia la pequeña doctora quien escribía algo en su bitácora, sumamente entretenida en hacer del momento mucho más incómodo.

Kirishima estaba durmiendo, le habían vendado una gran parte del pecho y ahora era bastante obligatorio el bozal. Sus ropas habían sido maltratadas por lo que Chiyo le ordenó al cenizo traerle al híbrido un cambio de ropa.

Bakugo desvió sus curiosos ojos a los brazos de Kirishima, estos seguían endurecidos, la mano era como una lanza de roca, sus dedos fusionados entre sí, como, una autodefensa bastante peligrosa.

─El olor a miel le calma, no puedo creer que esto haya pasado. ─La pequeña doctora se encontraba algo, molesta, Bakugo quiso decir algo, pero prefirió escuchar por el momento. ─Especifiqué que la infusión de miel era el único recurso para mantenerle en los cinco sentidos, dime, Bakugo, si tienes el tiempo suficiente para tener relaciones sexuales con un híbrido de manera despreocupada y peligrosa, no entiendo cómo es que olvidaste darle a oler o comer algo de miel, también debiste decirnos acerca de sus problemas mentales.

El rubio apretó los dientes, de momento a otro la escena en la cueva llegó a su mente, justo cuando Ei se había herido su propia espalda de manera desesperada.

─Si Kirishima sigue así, lo único que se logrará será herir a terceros y matar su cuerpo poco a poco, y ese no es el procedimiento correcto, nunca lo es.

─Yo quise ayudar con el entrenamiento pero en lugar de ello mandaron a ese jodido idiota peliverde que no tenía la más mínima idea de lo que estaba tratando ¡Es su culpa que ahora Kirishima esté así!

Chiyo suspiró de manera pesada. ─Aun así tenemos que seguir con las pruebas, sabes eso ¿Verdad? Necesitamos saber si Kirishima es la coordenada y si es portador del enzima.

TIEMPO DE ADVERSIDADES |KiriBaku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora