|CAPÍTULO 20|

700 102 30
                                    

La mañana siguiente fue recibida por un agradable clima, no hacía calor, tampoco había algún frío glacial. Izuku yacía en el bonito patio de entrenamiento que Yoichi le había seleccionado para el entrenamiento, era recomendable un espacio abierto para hacer sentir al híbrido algo más liberal en muchos aspectos. Terminó de afilar su espalda y la miró por unos instantes, de verdad daría lo mejor de sí para entrenar a Kirishima. Tenía bastante fe en ello y en todo lo que podía desarrollarse en torno a él. Estiró un poco su cuerpo y sin poder evitarlo revisó el reloj que yacía colgando de su cuello y miró la hora.

Kirishima estaba retrasado.

─Debería ¿Ir por él? Tal vez se quedó dormido.

 

—CAPITULO 20—

ENTRENAMIENTO





Bakugo se miró nuevamente en el espejo, acababa de darse un baño por lo que ahora estudió con las cejas arrugadas su propio reflejo, le dolía muchísimo la cabeza y su cuerpo estaba lleno de cardenales violáceos, los muslos tenían unos arañazos con sangre seca y la prominente mordida en su cuello relucía tanto que sus labios realizaron una mueca de preocupación. Trató de caminar para mirar la hora pero su cuerpo entero perdió el equilibrio y cayó de bruces en el suelo. Era la segunda vez que caía. ─D-Demonios. ─Susurró entre dientes tratando de levantarse, golpeó el piso con fuerza pues con algo de esfuerzo tuvo que requerir ayuda de la manija de la puerta para levantarse.

Tenía que ir y despertar a Eijirou pues su entrenamiento ya debía haber comenzado.

Le dolía la espalda como el demonio y caminar era tan complicado que debía tomar breves lapsos para reponer sus pasos. Nunca esperó que fuera tan difícil de sobrellevar, aunque, era algo que consideraba, después de todo Kirishima era un híbrido dragón y ahora había sido medicado para ser más fuerte. Por supuesto que el sexo iba a ser un total desafío. Se vistió con una camiseta blanca de cuello largo que cubría también sus brazos, un pantalón obscuro le ayudó a esconder todas las heridas y antes de colocarse sus botas de batalla se sentó en la cama para mirar a Kirishima.

Este parecía estar durmiendo plácidamente, como si lo de anoche solo hubiese sido una linda pijamada. El pelirrojo estaba recostado boca abajo mostrando su espalda y sus lindas alas, Bakugo acarició suavemente estas y después pasó los dígitos por las cicatrices visibles que los latigazos de su mano le habían dejado. Tragó saliva. No quería recordar ese momento.

─Kirishima. ─Musitó de manera firme moviéndole por su hombro. ─Tienes un maldito entrenamiento, levántate.

El híbrido se removió y con algo de dificultad logró abrir los ojos, se tomó su tiempo para enfocar al rubio y al hacerlo inmediatamente se incorporó en la cama quedando sentado, la sabana tapaba su desnudez a la mitad. ─¡B-Bakugo! ¡Buenos días! ─Exclamó alegremente el pelirrojo abalanzándose a Katsuki para darle un abrazo. ─¿Qué pasó anoche? Me siento tan descansado y liviano ¡Dormí tan bien! ¿El medicamento funcionó?

Bakugo tuvo que tragarse una queja enorme pues cuando el otro se le vino encima unos espasmos de dolor le recorrieron por su anatomía. Al parecer no recuerda nada. ─¿Cómo te sientes? ─Musitó raspando las palabras con los dientes, joder, nunca pensó que existiría un dolor de espalda como el que le atacaba justo ahora.

─Me siento bien, estás aquí conmigo y eso es todo lo que importa. ─Susurró aferrándose al cenizo con los ojos cerrados. ─Gracias por cuidarme, te… te lo agradezco mucho.

Bakugo miró fijamente a su frente mientras correspondía lentamente al abrazo, no, definitivamente no podía enojarse con Eijirou, aunque lo intentara, era imposible, el híbrido apenas y notaba la situación y no quería hacerle sentir mal, joder, realmente no deseaba eso. ─Date un baño, Kirishima, tu entrenamiento debía comenzar hace un rato. No tomes esto como un juego, recuerda que hay que llevar a cabo muchas cosas.

TIEMPO DE ADVERSIDADES |KiriBaku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora