TIEMPO DE ADVERSIDADES |KiriBaku|

|CAPÍTULO 32|

GUERRA (PARTE TRES)

La noche era una obscuridad de turbación impresionante, a pesar de ser un clima frígido y cruel, dentro de los pequeños murales que protegían las ruinas de la casa de Yoichi se contemplaba un calor insoportable. Dabi soltó un alarido de dolor cuando la espada de Todoroki cortó algo de su fuego, sin embargo, con el tosco movimiento también le rebanó algo de carne en su brazo derecho. La pelea se tornaba roja, sangrienta, dolorosa y expirante. Dabi temblaba, no sólo por el intenso dolor que estaba experimentando su cuerpo, sino por la tremenda furia de la impotente situación.

El plan era suyo, pero sólo entre comillas pues jamás pensó que algunos de los soldados de Yoichi fueran tan, buenos. En especial el idiota de su hermanito. Además, había perdido de vista a Bakugo, ese maldito soldado. Apretó los dientes con fuerza.

─¡Dabi!

Exclamó Tomura con un grito entre furia y dolor, él se enfrentaba a Momo, pero, joder, la mujer era, tan hábil. Sus heridas escocían en un ardor agonizante mientras usaba sus cuchillas contra ella. Oh, era tan rápida, casi como Bakugo ¿Y esa niña se dedicaba a ser un intento de medico? Shigaraki soltó un gruñido frustrado.

─¡El juego a terminado, vámonos!

El escenario era perfecto para el evento catastrófico, la casa desmoronándose a unos cuantos metros de ellos mientras sus pies pisaban las cenizas de los hombres caídos, los cuerpos calcinados que con cada minuto que pasaba se volvían irreconocibles. Dabi soltó un gruñido feroz, su brazo se estiró para lanzar algunas llamas azules más, pero, al intentar hacerlo, algo de piel engrapada se desprendió. En lugar de fuego, algunos hilos de sangre comenzaron salir de su piel, y Dabi ahogó un grito de dolor entre lo más profundo de su alma.

Shoto vaciló sus movimientos por algunos segundos, deteniéndose, miró la escena a su frente en silencio mientras pasaba saliva. No. Él ya no era su hermano, él había decidido irse hace mucho tiempo, nada había cambiado desde entonces, entonces... ¿Por qué?

¿Por qué no lo mataba de una vez?

─¡Dabi!

Volvió a exclamar Tomura con rabia mientras esquivaba otro ataque de Momo, su cuerpo estaba tan débil en ese momento que no podría pelear más. Tosió un poco de sangre sintiendo sus nuevas heridas picar, el entrono se volvió borroso, blanco y negro, Shigaraki cayó de rodillas después de algunos segundos, soltando un último suspiro mientras su cuerpo entero temblaba por la pérdida de sangre y por el dolor que estaba sintiendo. Sus cuchillas cayeron en frente de Yaoyorozu y esta misma miró al otro con furia y molestia. Se acercó a Shigaraki paso a paso mientras sus ojos se desviaban a Todoroki.

Este mismo miraba a Dabi con seriedad y perplejidad, sus oídos zumbando mientras sus manos se apretaban fuertemente en la katana. Su hermano estaba, agonizando, el fuego estaba presente en algunas partes de su cuerpo y parecía no tolerarlo mucho. Shoto se preguntaba qué debería hacer con él, hace unos momentos se prometió asesinarlo pero ahora, ahora...

Apretó los dientes cuando Dabi se enderezó para seguir peleando en su estado crítico.

─Basta... ─Murmuro Todoroki en un hilo de voz.

Dabi soltó una pequeña risa, negando con su cabeza y creando una pequeña cortina de humo con sus manos estiradas al frente. ─Tenemos al híbrido, lo llevaremos a un lugar donde nunca lo podrán encontrar, experimentaremos con él tanto que sólo será un mísero pedazo de carne sin propósito. Hermano, tú no podrás evitarlo... aunque nosotros seamos derrotados ahora, el plan continuará.

─Hooh, no me digas ¿Y vendrá su lindo líder de mierda a su rescate?

Dabi volteó justo en el momento exacto cuando Bakugo salió de entre las sombras, sus ojos brillaban en rojo vivo dentro de la penumbra de las cenizas y su espada aterrizó justo en el cuello de Dabi, cortando su piel suavemente como una agresiva amenaza. Shoto miró sorprendido al rubio, hizo ese perfecto movimiento de antes con Kirishima en su espalda, dejó caer los brazos a cada lado de su cuerpo pues Dabi sólo volteó hacia Katsuki y fue bajando las manos ensangrentadas poco a poco.