1.- El primer paso.

3.4K 194 26
                                    

¡¡Llegaba tarde para mi reunión con Ego!! ¡¡Aaaaaa, me va a matar!! ¡¡Terminé tarde de estudiar y de entrenar, uuggghh!!

– ¡Argh, auch! -- Se quejó un chico pelinegro que parecía estar llorando.

– ¡¡Ay!! ¡Lo lamento muchísimo! ¡¡Lo siento tanto!! Tengo prisa pero... -- Le di un rápido abrazo. – Espero que te mejores.

Ese chico quedó perplejo ante mi repentina acción, sus sollozos se calmaron por un momento mientras yo me despedía al mismo tiempo que me iba a toda velocidad.

¡¡Soy una desgraciada!! ¿Como pude no verlo? Que llevaba una bicicleta, Dios mío, que ciega ando. Si no me ha atropellado un coche aún es porque la vida así no lo quiso, uffff...

...

– ¡¡LLEGUÉ!! -- Grité mientras intentaba recuperar el aliento apoyándome del marco de la puerta de la sala de reuniones.

– ¡Pensamos que nunca llegarías, peque! ¡Que susto nos diste! -- Dijo Anri con su genuina preocupación por todos. Ella era una buena persona.

– ¡Argh! Por fin, demos comienzo a la charla. -- Dijo Ego con pesadez.

– Yo también te extrañe mucho. -- Dije sarcásticamente.

En la sala aún quedaba el olor de esos empresarios despreciables. Acababa de terminar la reunión en la que Anri daría una oportunidad al proyecto de Ego. Ella era nuestra representante y la asistente de Ego.

La sala estaría vacía por no ser Ego, Anri, yo y esa desagradable sensación que quedaba siempre que tomaba lugar una reunión con esos viejos...

Ego me comentó un poco sobre su plan para conseguir al mejor delantero del mundo, pero nunca me explicó que tenía yo que ver en esto.

– Vayamos al grano. ______, estás aquí porque te necesito. -- Dijo seriamente, yo no pude evitar reírme. Él y yo nos conocemos de hace mucho pero nunca pensé que requeriría de mi ayuda para algo relacionado con... Fútbol.

– Ego, tu y yo sabemos que yo no soy una para el fútbol. -- Solté mientras dejaba escapar un largo suspiro.

Me he matado a correr para llegar y tener que rechazar esta oferta... Bueno, no dijo nada más allá de "necesitar mi ayuda", supongo que tendré que dejar que se explique.

– _________. Es enserio. Esto puede ser beneficioso para los dos. -- Mis oídos se afinaron, me interesé. No porque yo salía ganando algo, sino porque su tono de voz me suplicaban atención tras una máscara de frialdad. – Necesito tu comprensión, tu adaptabilidad, tu... Sabes perfectamente a lo que me refiero, ¿no es así?

Vaya que si lo sabía! Mi piel se empezaba a erizar y mis emociones se concentraba en un solo aspecto de mi, mi ego.

– ¡Te veo más emocionada, pequeña! -- Dijo Anri feliz de verme en ese estado.

Solo volteé a sonreírle mientras Ego con solo abrir su boca captaba mi atención nuevamente.

– ¿Aceptarías ser la enfermera de estos muchachos que formarán parte del proyecto? -- Dijo aunque se quedó meditando unos segundos si proseguir o esperar mi respuesta. – Y, bueno, también su entrenadora, instructora y asistente, entre otras cosas.

Para jugar con ellos un poquito hice como si me lo estuviera pensando. Y pareció que Anri se lo creyó, ya que me empezó a decir porque me elegían a mí para este trabajo.

– Verás, peque. Tú eres de las personas que mejor se puede relacionar con los demás y también una de las mejores analistas que vimos. Eres capaz de leer a las personas como si fueran un libro abierto y puedes darte a entender muy bien. -- Yo sonreí de forma narcisista sin detenerla ya que me sentía bien al ver cómo sacaba a relucir mis mejores atributos. – Eres una buena persona y puedes apoyar a los demás sin darles falsas esperanzas. ¡Y lo mejor es que aprendes rápido! Estamos seguros que podrás sernos de mucha ayuda.

¿Un fútbol monocromo? (Blue lock × Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora