3.- ¿Realmente, existen los superhéroes?

1.6K 140 9
                                    

Me levanté temprano para desayunar, me encontré con los integrantes del grupo V del quinto sector, son los que desayunan más temprano en este sector por lo que fue bastante obvio que sería con ellos con los que empezará a desayunar cada mañana.

Me senté junto a Reo y a Nagi. Estos dos son muy interesantes, si no recuerdo mal son los dos que quedaron de últimos el día del comienzo de Blue lock. Sip, a los que Ego persuadió en menos de un minuto y con menos de 100 palabras.

Bueno, los conocí un poco más. Nagi y yo compartimos varias cosas en común, como la pereza (aunque esto es un atributo que estoy trabajando por hacer desaparecer), nuestra afición por dormir y nuestra falta de interés en algo concreto. Con Reo también tengo varias cosas en común, como la facilidad para hablar, el gusto por leer y la capacidad de adaptabilidad.

Ellos son dos sujetos asombrosos, pero dependen mucho el uno del otro. Es una pena... Igual estuvimos un buen rato hablando hasta que...

– ¡Ah! ¡Nagi-san! -- Me sobresalté al ver cómo se posicionó tomando mis muslos como almohada.

Reo se rió juguetonamente mientras nos miraba divertido. Era un chico que tenía una chispa para las amistades.

– Parece ser que le gustas, ________. -- Dijo mientras señalaba al ya dormido Nagi.

Yo le acaricie su cabecita, empezó a acomodarse bajo mi toque. Estaba muriendo de ternura, aunque no puede dejar pasar...

– Jaja, si lo dice así, le hace ver cómo a un cachorro. -- Dije refiriéndome a como su frase se asemejaba a lo que diría un dueño de su mascota.

Reo y yo reímos suavemente para no despertar al bello durmiente. Aunque después de un rato conversando, me tuve que ir.

...

Al parecer, Ego ya les dió una pista al equipo Z de este mismo sector sobre cómo encontrar su camino hacia la victoria o hacia una organización más práctica del juego.

Yo iba a ver con que se han quedado de todo lo que les dijeron. Cuando abrí la puerta todos seguían medio dormiditos, menos unos cuantos que eran unos mañaneros y empezaron a asearse. Unos de esos madrugadores era el pelirrojo de cabello hipnotizante, Chigiri.

– Buenos días, ________ -san. -- Dijo con una voz clara mientras se cepillaba su sedosa cabellera.

– Chigiri-san, soy menor que usted. Además, les dije que no había necesidad de referirse a mí con honoríficos. -- Le dije amablemente a lo que él asintió.

– Entonces, buenos dias, _______. -- Dijo algo más tímido. -- Es extraño llamarte por tu nombre y sin honoríficos, ¿sabes? Es una cosa que solo las personas con cierta cercanía hacen.

– Bueno, tómalo como un intento de acercarme más a todos ustedes. Y, por favor, que no le parezca extraño, para mí es normal. Casi nadie se refiere a mí por mi apellido. -- Dije sin más mientras él me miraba con curiosidad. – No soy originaria de Japón, por eso.

– Oh! Ya decía yo que tenías ciertos rasgos extranjeros. -- Dijo riendo levemente.

Él y yo conversamos un poco mientras todos comenzaban a despejarse. Hablamos sobre fútbol, sobre él, sobre su familia, sobre estética, sobre chicos y sobre chicas, etc. Pero siempre intenté evitar hablar sobre mí.

No me malinterpreten, no es que oculte nada, es solo que no me parece muy interesante mi vida. Solo no tengo ganas de hablar de algo de lo que no tiene sentido hablar.

También noté como él tampoco estaba cómodo hablando sobre él mismo, pero con él es distinto, lo hace más para aislarse que por simple educación. Decidí no darle más vueltas al coco, aún no tenemos la suficiente confianza, lo entiendo.

¿Un fútbol monocromo? (Blue lock × Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora