5.- Es agradable...

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A la mañana siguiente, me desperté temprano para ir con Nagi y con Reo. Estábamos los tres solos ya que me había tardado unos minutos y su equipo había terminado de desayunar, a pesar de que este par me andaba esperando.

– Saben que no es muy recomendable que me esperen para comer, ¿no? -- Les dije recordándoles que no tengo un horario de comida determinada y que también suelo comer en otros extractos.

A Nagi no le importaba y Reo decía que sabía que iba a ir, ya que, según él, son mis favoritos. Yo solo negué riendo mientras Reo se hacía el ofendido y Nagi se acomodaba en mi regazo para dormirse como ya se había acostumbrado a hacer.

– Reo-san... -- Le llamé con seriedad para cortar la conversación trivial que manteniamos.

Nagi, al cual estaba acariciando, se encogió bajo mi toque. Reo centró toda su atención en mis palabras. Yo me replanteé contarles, pero ya era ahora de experimentar el cómo era tener amigos en lo que poder apoyarse.

– Me preguntaba... ¿Cree que yo debería estar aquí? ¿Soy necesaria...? -- Recité mientras miraba abajo, Nagi se volteó y nuestra miradas se cruzaron. En cuanto vi la cara de preocupación del peli blanco me arrepentí.

– Saben que olvidenlo. ¡¡Tengo una pregunta mejor para ustedes!! -- Dije más animada e intentando cambiar ese mal ambiente que yo misma creé.

Reo me permitió lanzar mi cuestión al aire. Nagi se incorporó, aún recostado en mí, pero despierto.

– ¿Qué significa el fútbol para ustedes? -- Pregunté inocentemente mientras el par solo me veía algo confundido.

Decidí que no quería agobiarlos con mis problemas, pero que aprovecharía el tiempo para adelantar mi trabajo. ¡Y eso estaba haciendo! Aunque estaba consumiendo un poco de más el tiempo de este dúo.

– Una molestia... -- Dijo sin dudar Nagi.

Yo le acaricié la cabecita mientras él cerraba sus ojitos, le dije que deseaba de corazón que lo pudiera llegar a disfrutar en algún momento.

– Para mí es como mi única meta y vía de escape... ¡No quiero depender de la fortuna de mis padres, quiero vivir mi vida! ¡¡Yo quiero jugar a fútbol!! -- Dijo Reo con motivación y con una luz en sus ojos que nunca antes vi.

...

La conversación siguió, pero Ego me estaba llamando. Ya empezaba a imaginar que era lo que me esperaba. ¡Noooo, regañina noooo! Jo, me tuve que despedir de Nagi y de Reo.

Intenté atrasar mi destino yendo a visitar a TODOS los equipos, ayudándolos, sacando pequeños temas de conversa, etc.

Finalmente, llegué a donde me esperaban Ego y Anri. Yo entré poquito a poquito para no hacer más grande el problema.

– Así que molestando a mis diamantes en bruto. -- Dijo Ego intimidantemente  mientras se volteaba hacia a mí con sus fideos instantáneos en la mano.

– Nuuuu, no es como parece. Yo solo pensé que podríamos ser amigos. -- Dijo mientras le lanzaba un mirada en busca de ayuda a Anri.

– Ni tú, ni ellos están aquí para hacer amigos. ¿Entiendes eso? -- Dijo mientras se acercaba a mí. – Siempre estuviste prácticamente sola. ¿Porqué ahora tienes este capricho? -- Concluyó mientras me ponía el pote de fideos vacío encima de la cabeza.

Yo tomé el pote y junto a Anri empecé a recoger esa asquerosa habitación mientras intentaba razonar con Ego.

– No sé, hay algo en estos muchachos que los hacen diferentes al resto. Me agradan sus emociones, me inspiran sus motivaciones, me cautivan sus personalidades, me hipnotizan sus egos. -- Dije mientras mi mente empezaba a perder el punto de esta conversación. – Ellos han sido capaces de despertar algo que nunca nadie pudo... Mi interés.

¿Un fútbol monocromo? (Blue lock × Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora